martes, 31 de agosto de 2010

UN MOMENTO DE CLARIDAD





Casi no puedo mantener los ojos abiertos. Han pasado más de 24 horas desde la última vez que caí rendido frente al sueño. No ha sido fácil sobrevivir a esta semana despierto, pero apenas he dormido. Las noches han sido un infierno, esperando una llamada, algún tipo de explicación...que no se había producido.

Jamás pude imaginar este silencio tan demoledor. Cuándo la mañana es tan soleada y las calles de al lado de casa son un remanso de paz y tranquilidad, yo no puedo soportar mi dolor. Es una especie de vacío sordo, que no deja penetrar nada más en mi cuerpo. Sólo quiere hacerse sentir y sentir...y sentir.

¿Cómo puede doler tanto?, no parece un afilado y gran cuchillo, pero la agonía que me provoca no me deja ningún lugar para la pausa. A veces la tormenta desaparece y deja paso a una siniestra mar: quieta, parada... insoportable.

Ahora sé que el final puede hacer que no merezca la pena el más maravilloso de los principios. Subir tan alto y tan enamorado es tan traicionero e ingenuo como la cruel caída que se oculta tras la necesaria  e ineludible bajada.

No quise atender a sus advertencias, seguía viendo la maravilla que pudimos compartir, los sentimientos tan preciosos e intensos a los que nos entregamos. Aquel día en que empezó a insinuar que lo nuestro se acababa, el momento en que se calló y no siguió adelante con lo que quería decir. Ese miedo en sus ojos que no volví a ver porque tornaron en ausentes. Los ojos de una mujer furibunda y atormentada.

Hace más de 24 horas que se despidió, al fín me dijo que no quería volver a hablar conmigo.Siento que no volveré a verla jamás...y ahora sólo quiero dormir. Dormir profunda y sostenidamente con el único objetivo de olvidarla.

Y es que el olvido es el único antídoto contra el dolor. Un dolor insoportable que no consigo apaciguar.
Por eso está aquí mi amiga que no me abandonará, que se quedará conmigo hasta el final, que me acompañará siempre y jamás soltará mi mano.

Hasta siempre, me despido de ella y me voy con Orfidal.

UN MOMENTO DE CLARIDAD.




3 comentarios:

  1. Dicen, que el tiempo lo cura todo, pero es tan dificil de creerlo, cuando te pasa a ti...

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  2. Pues sí, si que es difícil, aunque no me ha pasado, es sólo ficción...lo que no quiere decir que no incorpore vivencias personales.

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  3. Qué bueno, Andy. Siempre nos quedará Orfidal....
    Besos

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