lunes, 22 de marzo de 2010

LA THELMA Y LA LOUISE

Parece que Marzo esta concediéndonos una pequeña tregua en este gélido y crudo invierno que llevamos en el 2010.



Lo que os voy a contar sucedió hace dos sábados. Como siempre, me dispuse a salir una noche más y disfrutar de Madrid en el fin de semana. Bajé a la calle y enseguida noté que la temperatura iba a permitir una noche más templada. Había quedado con el maestro en el Café Comercial, situado en la Glorieta de Bilbao: un sitio clásico, fundado a principios de siglo, cuando aún existía el Madrid castizo. Un buen lugar donde poder tomar una cerveza de barril bien tirada sin la presión de la gente, ni un ambiente cargado por el humo o la pesadez del aire.

Caminé, desde mi portal, unos cuantos metros hasta llegar a la parada de autobús del 147: la línea que recorre desde mi Barrio hasta la Plaza del Callao. La parada estaba vacía, no había ni un alma. Intenté mandar un sms de estos que te marca la distancia y el tiempo que falta para que el autobús llegue hasta donde yo me encontraba. No tuve respuesta, así que me puse a contemplar los coches que pasaban y la soledad de mi calle a las once de la noche.


Al poco tiempo de estar ensimismado en la tranquilidad de la Plaza de Mondoñedo, apareció una chica caminando en dirección a donde yo estaba situado. Desde lejos tenía buena pinta: rubia, de figura estilizada, quizás demasiado delgada, venía hablando por el móvil y fumando un cigarro. Vestía pantalón vaquero de pitillo, cazadora sintética con aire casual y parecía bastante concentrada en la conversación. Hablaba bajito, porque se situó por detrás de la marquesina y no escuche nada. Para lo cotilla que soy yo, se trataba de una conversación sigilosa.

Al cabo de unos diez minutos, llegó el 147. Nos montamos los dos, yo entré primero, y nos sentamos en dos asientos individuales a la misma altura. Giré la cabeza para localizarla y allí estaba ella, mirando fijamente por el cristal del autobús. Aislada de forma intencionada.

El 147 circulaba rápido y ligero, extrañamente suave para un vehículo brusco y con mucho trasiego. Iba en lo que parecía un plácido paseo al centro de Madrid, cuando irrumpieron ellas: la versión más soez, menos atrevida y brillante de Thelma y Louise.

Lo único en que se parecían a las dos románticas, idealistas y excéntricas aventureras retratadas por Ridley Scott a pricipios de los noventa y maravillosamente encarnadas por Susan Sarandon (Louise) -nominada a los Oscar de ese año por su actuación- y Geena Davis(Thelma) era en que se trataba de dos chicas. Nada más. Una triste, aunque a la postre divertida, imitación de nuestras chicas rebeldes de la gran pantalla.

En la película, Thelma y Louise empiezan juntas su poético y apasionante camino de carretera. Nuestras chicas, sin embargo, no empezaron unidas.

Cuando estábamos a punto de entrar en la Castellana, al lado del edificio de la Seat, el autobús se detuvo repentinamente en una parada. La conductora, porque era una mujer, lo cual no es habitual de ver y lógicamente llamo mi atención al entrar, no se había percatado de que una chica esperaba en la marquesina correspondiente. Esa chica era nuestra Louise.

De manera respetuosa con el guión del film, Louise fue la primera en entrar en acción. Subió al autobús y sin mirar casi a la conductora, introdujo su billete en la máquina.

Louise era morena, con el pelo largo y liso y un flequillo prominente. Vestía un abrigo de algodón de color negro, largo y con cinto. Una falda negra y medías del mismo color. Parecía bien maquillada y con una cara bonita. Esto es lo que acerté a observar, desde que subió al autobús hasta que rebasó mi posición para sentarse justo detrás de mío.

Nada más sentarse, realizó una llamada con su móvil, llamada infructuosa porque no le cogieron el teléfono. A la siguiente parada ó dos más tarde, entró Thelma en escena. Era pelirroja, con una coleta bastante graciosa y la piel muy blanca. Vestía cazadora vaquera, como su homónima en el cine, y falda negra rematada con unos zapatos negros de charol y tacón alto.

Subió rápido al autobús, insertó su billete y enseguida empezó a mirar al fondo, cómo buscando a alguien con cierta inquietud.

-¡tía que estoy aquí!,- dijo Louise repentinamente.

Thelma miró, pero no conseguía verla, a pesar de que estaba a unos dos metros de Louise y de que miraba en la dirección desde donde la había reclamado

-¡que estoy aquí!, ¿estás ciega, ó qué?-

-¡Ahhhhhhhh!- respiró aliviada- creía que no estabas, como me llamabas por el móvil, pensé, ¡joder tía!, que esta no viene montada en el bule.

-¡que va tía!, te estaba llamando para ver si estabas en la parada- como podéis ver destilaban el mismo espíritu aventurero, la misma valentía y osadía de sus alter-egos en el cine.

- ¡joder tía!, que no te veía porque es que voy sin lentillas y no veo un carajo.

- ¡ya te digo tía!, te estaba saludando desde aquí y no me veías- antes muerta que sencilla me dieron ganas de decir a mí. Por suerte, me mantuve como espectador en todo momento.

- ¿Qué hiciste ayer petarda?- tampoco coincidían los apelativos con los que recuerdo se cruzaban entre si las dos protagonistas, jeje.

- Pues nada tía, estuvimos el cari y yo en un cumple de un amigo suyo.

Thelma no siguió la conversación, se había quedado mirando algo en nuestra ventana de la parte izquierda. Algo que yo también pude contemplar: en el otro carril de la Castellana, en sentido Plaza Castilla, había habido un choque en cadena y varios coches estaban siniestrados y detenidos en la vía. En ambos extremos, dos coches de policía habían detenido la circulación.

- ¡Ayyyy, que penita que me dan!, suspiró Thelma, definitivamente abandonó en ese momento la inocencia y candidez que nos demostró Geena Davis en su magnífica interpretación. Más bien se trataba de un replicante (similar a los que se hicieron famosos en Blade Runner) soez e insolidario, casi rayando en la idiotez. Afortunadamente, Louise no condujo su coche dialéctico por ese camino que había mostrado Thelma y siguió con su conversación.

- Tía, el cari esta súper mosqueado conmigo. ¿Tú te acuerdas del Borja?

- No tía, ¿Quién es el Borja?- encima no se enteraba de la otra conversación, pero tampoco dudó en volver a interrumpir a su amiga.

Esta vez dirigió su mirada a la derecha, claro, primero es la izquierda y luego la derecha como en las instrucciones militares de los marines norteamericanos. Ahí continuaba mi misteriosa y bella compañera de parada. Tal y como la había dejado antes de que interrumpieran en el autobús nuestras dos flamantes aventureras.

- Oye, perdona, ¿Tienes un Cleanex?- Thelma preguntó, esta vez sí, con algo de educación pero no muy alto en su tono de voz. Ella, la chica misteriosa, no contestó.

- Joder, ni me ha contestado la tía, que poquita educación, la verdad.

- Tía díselo un poco más alto, a lo mejor no te ha oído. Louise estaba lejos de Susan Sarandon, aunque, también, demostraba tener más clase que su propia amiga, nuestra Thelma de andar por casa.

- ¿Me puedes dejar un pañuelo?- preguntó con más diligencia y esperó con paciencia una respuesta que esta vez sí se produjo.

Mi compañera giró la cara, sonrió aludiendo a su ensimismamiento, rebuscó en su bolso y al poco tiempo sacó una funda de cuero que contenía los deseados pañuelos.

- Toma, aquí tienes- espetó de manera directa y cortés

- Muchísimas Gracias- la respuesta sonó demasiado agradecida.

Louise aguardaba, mientras tanto, pacientemente para reiniciar su conversación. No había olvidado lo que estaba comentando.

- Bueno tía, lo que te iba comentando, qué el cari se pilló un rebote…de nuevo no pudo proseguir, en esta ocasión un timbre surgió de dentro de su bolso.

- Espera tía que es el cari… ¡hola amor!- de repente, un cambio brusco en la entonación y el ánimo- aquí si tenía las dotes de Louise para manejarse con el teléfono. Unas dotes más forzadas y teatreras. Al otro lado del móvil, se oía una voz masculina. La pude percibir sería y con tono fuerte, nada más. Soy “Mariñas de barrio”, pero no llego a tener un oído privilegiado, ni mucho menos.

- carí, a ver…espera que te cuente… ¡cari no te mosquees, eh!, que estás un poco alteradito. Bueno, ahora hablamos que nos queda poco para llegar al Ludwig, besitos cari-

El Ludwig es el típico garito de Torre-Europa lleno de tías del extrarradio con varias dosis de más de maquillaje, escotes muy sugerentes y pelos lisos recién salidos de la peluquería. Junto a ellas, suelen abundar chicos imberbes con muchas horas de gimnasio, aquellos que se les dice ingeniosamente “mazapanes” y algún que otro niño de papa enseñando las llaves de su coche, es decir, del coche que le compraron en casa.

A a la altura de Nuevos Ministerios, mi compañera de viaje inicial se despidió de nosotros. Lo hizo de manera sigilosa y prudente, como había iniciado su andadura en el autobús. Me quedé mirándola un rato, viéndola caminar por la inmensa acera de La Castellana , antes de partir de nuevo el 147.

Louise cortó la conversación con su cari y siguió la que tenía con Thelma:

- Bueno tía, que nos interrumpen más que los anuncios de las novelas de por la tarde. A ver, te decía… el Borja es un tío que está muy bueno que vive al lado mío. Está estudiando para bombero y todas las tardes sale a correr por el parque de al lado de mi casa. A lo cual, me lo encontré el otro día por la noche cuando volvía de casa de Jenny y me dijo que a ver cuando quedábamos para tomar un café.

- ¿Y qué le dijiste tía?-

- Pues nada…yo le di mi móvil, a lo cual, un café no implica nada tía, además, no se, está bastante bueno y por tomar un café no estoy haciendo nada malo. Total, que le di el móvil y por la noche va “el notas” y me manda un mensaje diciéndome que le caigo muy bien, que está deseando que nos veamos un día…-el tono de voz de Louise iba cambiando a medida que se acercaba al desenlace de la historia con el tal Borja. Se iba haciendo cada vez más cálido y sugerente.


- Pues tía, tú no te tienes que sentir culpable por nada, no has hecho nada malo- Ahí si que encontré a la Thelma del cine, siempre solidaria con Louise, aunque no tuviese razón.

- Total, que nada, que pasaron los días y no supe nada más de él, hasta que ayer estábamos en el cumple y de pronto me sonó la alerta de mensajes del móvil. Yo estaba hablando con la Jenny y no le presté atención. Resulta que, al cabo del rato, viene el cari con el móvil y con una cara de cabreo que no veas y me suelta:

- ¿Quién coño es Z?, y ¿Por qué te manda un mensaje diciendo que a ver cuando podéis quedar?

- ¿Y quién es Z tía?- Thelma estaba perdida, pero no me extraña, porque Z no me cuadraba con el tal Borja.

- Pues nada tía, que como no sabía como coño meterlo en la agenda para que pasase desapercibido, le puse Z- ¡vaya manera de esconder a alguien!, pensé.

- ¡Joder!, ¡que pasada!, ¿Y qué le dijiste al cari?

- Nada, que el Z era el Borja, que también le conocía él, que era el bombero que vivía cerca de mi casa y que le había puesto Z con las prisas y porque no es nadie importante. Qué sólo íbamos a tomar un café un día para charlar. Nada más.-

- ¿Qué tal se lo tomó?

- ¡De puta pena tía!, empezó a decirme que algo más le tenía que haber dicho yo, que si no un tío no se toma esas confianzas ni manda mensajes, que sí él manda mensajes a una chica, es porque esa chica le ha dado pie para algo más…se puso como una fiera. ¡Qué quieres que te diga tía!, yo quiero al cari, pero el bombero está bastante bueno y una tía como yo no se puede cerrar puertas, ¡qué estoy de buen ver tía!-

- Claro que sí, además no pasa nada por quedar a tomar algo. Ellos son los primeros que a saber que hacen cuando salen con sus colegas…- Thelma siempre al lado de Louise, en los momentos más duros, cuando se apagan las luces y entran las dudas, nada como el calor y el abrazo de una buena amiga.

- ¡Tía!, tenemos que levantarnos, que es nuestra parada- Louise interrumpió la ensoñación de Thelma. En esos momentos el autobús dio un frenazo brusco para poder parar a la altura de Torre de Europa. Al mismo tiempo que Thelma empezaba a levantarse.

- Tía, espera un momento, no te levantes que el hombrecillo conductor te va a tirar al suelo-

¡Increíble! , Louise estaba tan abstraída en su lío a tres bandas con el cari y el bombero, que ni siquiera se acordaba de que el conductor del autobús era una mujer ó, peor aún, puede que ni siquiera se hubiese fijado en ella al entrar. Centrada en su mundo de fantasía y prima donnas. Definitivamente nada que ver con la entereza, capacidad de riesgo y serenidad de la inolvidable Louise de Ridley Scott.



Thelma se levantó y a continuación Louise. No pude evitar girarme para ver a mis dos charlatanas compañeras de viaje. En ese momento reparé en el tren inferior de Louise. Un culo bastante generoso y desproporcionado daba lugar a dos piernas anchas y gruesas cómo columnas atenienses. Me vino a la cabeza el enfado de el cari y el deseo de compañía de Borja, el bombero. Un halo de cuestionamiento del interés de los dos hacía Louise pasó por mi mente, para difuminarse en la trayectoria que siguieron mis dos compañeras de viaje en dirección Torre de Europa.



La realidad, a veces, puede superar a la ficción en crueldad y agresividad, en dureza y tristeza. Algunas veces en alegría, donde no suele superar a la ficción es en la singularidad, excepcionalidad y belleza de sus personajes: muchos de ellos extremos idealizados. Nuestras Thelma y Louise desaparecieron tal y como entraron, con más pena que gloria. Bajaron del autobús y se perdieron en la inmensidad de la noche madrileña. No se que fue de ellas, ni de el cari de Louise, ni del bombero. No tuvieron el apoteósico final de Thelma y Louise en el cine. Protagonistas de un canto a la libertad, a la rebeldía, a las ganas de aventura y, sobretodo, a la fuerza de la auténtica amistad.



Hasta pronto perdedores.







miércoles, 17 de marzo de 2010

HACIA RUTAS SALVAJES, UN VIAJE DE IDEALES Y NATURALEZA

Hacía Rutas Salvajes es el cuarto film de Sean Penn, basado en una historia real, que narra la apasionante aventura de Christopher McCandless.


Un joven universitario brillante e idealista

La película narra la historia de este joven universitario, tan solo 22 años, que sentía dentro de sí, con una fuerza desgarradora y llena de ansía de libertad, los ideales contenidos que a nosotros nos inspiran y hacen que nos brillen los ojos.

Con McCandless no fue suficiente la presión de un imponente expediente académico, ni las siempre demoledoras y castradoras expectativas de unos padres que murieron de éxito social y profesional al mismo tiempo que perdían su inocencia y se dirigían hacía un futuro de desencuentro en su matrimonio.

El fracaso de sus padres instaura en él un profundo dolor y la semilla de la desesperanza. El caldo de cultivo ideal para que McCandless de rienda suelta de manera definitiva a sus ideales: al abrazo de las ideas de libertad, de amor a la naturaleza, de cultivo del espíritu de aventura y del despojo del alma de todos aquellos valores sociales e ideas mercantilistas que la corrompen y vacían.

Todos aquellos libros que aprendió a amar de Tolstoi, Byron, Theareau.

Una historia real, una gran aventura

Es en este momento cuando rompe sus documentos, dona todos sus ahorros de la carrera a Intermon Oxfam y, sin despedirse de sus padres y su hermana, su auténtica alma gemela, inicia un viaje de crecimiento personal.

Emprende su propia aventura con destino final en Alaska, donde poder vivir en soledad y armonía con la naturaleza.

Sean Penn desglosa esta odisea de libertad en cuatro fases como si fuesen las etapas de una vida, con el sonido de la impresionante voz de barítono de Eddie Vedder de fondo, dando el tempo y el ritmo de los paisajes y momentos que va viviendo nuestro precioso aventurero. Interpretado de forma auténtica, veraz, madura e ingeniosa por Emilie Hirsch que logra fusionarse completamente con su homónimo en la vida real.

Primeros destinos, fase iniciática

La aventura se desarrolla a través de diferentes estados como California, Oregon, Dakota del Sur, que empiezan a superponerse tras mostrar el film la situación presente, en principio idílica y en paz, en el bello paisaje nevado de Alaska.

En estos estados nos sumergimos en entornos de gran belleza. La naturaleza en todo su esplendor, recreada de una manera inusitadamente bella por Penn, apoyado por una majestuosa y tierna fotografía.

Road movie de crecimiento personal

Es en este viaje inicial por las cálidas tierras del sur, donde Chris entabla preciosas relaciones y momentos de gran belleza e intimidad con una serie de personajes con los que se va encontrando. Entrañables compañeros de aventura que le darán calor humano y se mostrarán como espejos de su personalidad, ofreciéndole compañía y trabajo con el que sustentar su sueño final: Alaska.

Fantásticas interpretaciones de Catherine Keener, Vince Vaughn o Hal Holbrook. Para mí, en estos momentos están los relatos más álgidos de este canto a la libertad en forma de film.

Bajo el abrigo de todas aquellas personas que conoce, es donde Chris aprende a comprender, a valorar y a perdonar al otro. Empieza a gestar el gran aprendizaje de su vida.

Un gran aprendizaje, una lección de vida

Lección que McCandless sólo hará consciente en el ocaso de sus días. Al sentir la soledad, el frío y el miedo al vacío y a la muerte dentro de aquel solitario y viejo autobús abandonado en la profundidad del bosque.
Chris lo encontró a su llegada a Alaska y lo acondicionó y preparó hasta convertirlo en su hogar.

Algo que sus grandes maestros escritores no acertaron a enseñarle por que, quizás, no sintieron el calor y el amor que acompañaron a McCandless en su travesía; “la felicidad solo es real cuando se comparte”.

De esta manera enfilamos la recta final del film. Una lección de vida, de búsqueda de la felicidad, de amor a la naturaleza y de aceptación de la muerte por parte de un espíritu buscador, viajero y valiente. Un chico de 22 años llamado Christopher McCandless.















sábado, 13 de marzo de 2010

MUHAMMAD YUNUS: EL BANQUERO DE LOS POBRES

Nacido en Chittagong, Bangla Desh en 1940. Profesor universitario de teoría económica graduado en la universidad norteamericana de Vanderbilt y galardonado en el año 2006 con el premio Nóbel de la Paz por:”promover el desarrollo económico y social de los paises desarrollados a través de los Micro créditos, el instrumento más potente para erradicar la pobreza y contribuir al desarrollo de la democracia y la paz de los países del tercer mundo”.

Empresario con visión de futuro

Yunus creó hace 30 años un banco, el Grameen (aldea en castellano) Bank, con tres empleados, incluido el, que actualmente da trabajo a más de veinte mil personas. Una estructura mercantil formada por dieciocho empresas y la red de telefonía móvil más poderosa del sur de Asía. Esta suerte de capitalismo, de crecimiento exponencial continuado, no tiene su leiv motiv en la maximización de los beneficios como dirían los padres de la microeconomía, sino en la erradicación de la pobreza de los más desdichados del planeta.

Éste maravilloso experimento tuvo como laboratorio su país de nacimiento, Bangla Desh, en donde conviven 145 millones de personas en los niveles más absolutos de pobreza, y el colectivo de población con más limitaciones físicas, mentales, de tradición y libertad en un país con una abrumadora mayoría musulmana: las mujeres.

El sueño empieza a tomar cuerpo

El objetivo era construir un banco especializado en otorgar préstamos sin ningún tipo de garantía ni aval. Orientado al desarrollo económico e independencia de las mujeres más pobres de Bangla Desh. Absolutamente discriminadas en favor del hombre, condenadas a tener siete u ocho hijos, a recibir palizas con la excusa de ganar puntos en el cielo o carentes de la más mínima libertad y movilidad.


Los préstamos del banco irían en un cincuenta por ciento a hombres y mujeres, con el miedo de estas últimas a recibir el dinero y la reticencia de los imanes, sacerdotes del Islam, que reclamaban lo inapropiado de esta iniciativa. Se trataba de préstamos en pequeñas cantidades, sin ningún tipo de aval ni garantía. Basados en la confianza por encima de cualquier contrato legal vinculado entre partes.


Un pacto financiero sorprendente



Yunus pretendía echar por tierra la idea de que sólo se presta dinero si se tienen las garantías suficientes de que será devuelto en el plazo pactado para su recuperación.

Sin embargo, necesitaba contar con este precepto para financiar su proyecto, lo que se convirtió en una paradoja de gran dimensión en el inicio de la andadura de Grameen Bank.

Los dos primeros logros que consiguió fueron los siguientes: los bancos le prestaron el dinero a través de garantías personales para sus micro créditos y logro establecer la paridad en el número de receptores de dichos fondos entre los hombres y mujeres de su país.

Las mujeres, mejores administradoras que los hombres


El resultado fue sorprendente: las mujeres resultaron mucho más capacitadas que los hombres no sólo para devolver los fondos, sino para generar beneficios a su familia a la hora de invertir el dinero de los créditos.

La mujer fue mucho más economista que el hombre en Bangla Desh, es decir, mejor administradora de los recursos monetarios. En primer lugar por miedo a la reacción del hombre y después por que, generalmente, siempre piensa antes en los demás que en si misma. Al contrario del hombre, más preocupado en gastarse el dinero en diversión o presumir delante de sus amigos y vecinos.

Con este principió nació Grameen Bank. Dos pilares financieros: la flexibilidad en los plazos y los bajos tipos de interés. Hoy en día, posee actividad en 70.000 pueblos, con 2200 sucursales, 6’6 millones de prestatarios (de ellos el 97% mujeres), una tasa de morosidad de tan solo el 1’5% y la ausencia de beneficios en solo tres años desde su fundación. El modelo de microcréditos se ha instalado en más de 80 países, entre ellos España y Estados Unidos, y sus fondos se han canalizado a más de 100 millones de personas.

La limosna no saca de la pobreza


El argumento central de Grameen Bank y el banquero de los pobres es el siguiente: las limosnas son un lastre para la iniciativa de las personas. La única fuerza impulsora en el desarrollo económico social de las personas es la iniciativa. La diferencia entre un préstamo y la limosna es que con el primero el beneficiario asume una responsabilidad. De manera que el trato principal consiste en que los beneficiarios de los fondos cumplen el pacto de devolver el dinero, más los intereses. Además consiguen un beneficio.


Muhammad Yunus no es solo un visionario, sino probablemente un santo. Lo que es seguro es un genio. Un economista forjado en EE.UU, donde la abstracción de esta ciencia suele derivar en un alejamiento de la realidad, que un día decidió encontrar la finalidad práctica que orientó a los grandes maestros economistas del pasado.







lunes, 8 de marzo de 2010

CARNIVAL OF SORTS; REM


El 5 de Abril de 1980, en la localidad norteamericana de Athens, perteneciente al estado de Georgia, cuya capital es Atlanta, nacía el grupo de Pop-Rock R.E.M. Las siglas definitorias de Rapid Eyes Movements.-La fase del sueño más profundo- Michael Stipe y Mike Mills, ambos estudiantes de historia del Arte en la Universidad de Georgia, se juntaron con un trabajador de una tienda de discos y empedernido guitarrista, Peter Buck, y un experimentado batería de la zona, Bill Berry, para formar uno de los mejores grupos de la historia del Rock americano.

En 1981 grabarón su primer single, Radio Free Europe, que se convirtió rápidamente en un exito con gran expansión por todas las radios de pop-rock independientes del Sur de los Estados Unidos. Apenas se vendieron mil copias del single, pero, sin duda, fue el pasaporte para la firma de un contrato con I.R.S. Records, discográfica con la que grabarían sus cinco primeros Lps. Auténticas joyas del Rock Underground norteamericano capitaneadas por las indescriptibles letras y  el aire poético de Michael Stipe y el sonido garage y alternativo de la guitarra de Peter Buck y el bajo de Mike Mills.

En 1983 grabarón su primer Lp bajo el título de Murmur, hoy en día considerado uno de los mejores discos de la década de los 80 en Estados Unidos. Disco de un gran talento en la lírica y en la base instrumental, Murmur también supuso el primer éxito comercial de R.E.M. alcanzando el número 36 en la lista americana de ventas de albums en los Estados Unidos: Billboard.
Temás como su primer single, remasterizado para el album, Radio Free Europe o Talk About the Passion contribuyeron a que R.E.M. fuese considerada una banda de culto con visos a abrir la puerta de los grandes grupos del Rock Americano.

Ese mismo año estuvierón interviniendo en el programa de la televisión norteamericana, Saturday Night Live- David Letterman Show, incorporando el que sería primer single de su segundo largo Reckoning, So Central Rain. De esta misma época de grandes canciones es el tema que os dejo como enlace en el artículo.

Carnival of Sorts, canción escrita por Stipe con la base rítmica de la guitarra de Peter Buck, es según algunas de las biografías de R.E.M., la primera canción que compusierón los integrantes de la mítica banda de Athens. Una canción que, por si sola, define el particular y excelente estilo compositivo e interpretativo de R.E.M. Escrita a principios de los años 80, da la impresión al escucharla de que el tiempo no pasa por ella.

Carnival of Sorts se muestra como una canción fresca, moderna e innovadora. Respetuosa con los tiempos del Rock por su corto metraje de un poco más de tres minutos, tal y cómo decía Elvis Costello. Llena de ritmo, con una guitarra de gran personalidad y un bajo marcando de forma extraordinaria el tempo, asistimos a la entrada de un impactante e inolvidable estribillo. Un congelador del mejor Rock alternativo que surgiría en los noventa y el pop-rock sutil e innovador de principios del nuevo siglo.

El enlace que os propongo es de un programa de la televisión norteamericana de los años ochenta. En él podemos ver a la gente bailando y disfrutando de un tema pop-rock. Sin duda, un anticipo del éxito de algunas salas madrileñas como Independance en los útimos años al versionar exclusivamente temas poperos y rockeros.¿ Quién dijo que no se podía bailar rock?


Lo mejor es poder disfrutar de ella, así que, sin más dilación, me despido.




martes, 2 de marzo de 2010

LA BUENA, LA FEA Y LA MALA



¡Hola perdedores!

De nuevo estoy aquí, a la carga contra determinadas integrantes del género femenino.

Una variante de la fauna madrileña que sigue captando mi atención, a las que sigo sufriendo con paciencia y fascinación, a veces con una cierta frustración también, por que no decirlo.

Las tres chicas de las que voy hablar han suscitado en mí una nueva analogía con el cine. En esta ocasión recurro al fantástico y trepidante western de Sergio Leone y la mítica banda sonora de Ennio Morricone: the good, the bad and the ugly.

Os situó, noche de viernes. Mi día preferido de la semana, de hecho yo nací en Viernes.

Un 19 de Agosto para ser más precisos. A pesar de ser fechas veraniegas, parece que el día estuvo presidido por un atípico frío. Cómo siempre me ha recordado mi madre: “que frío hacía ese agosto hijo”.

No sé si porque fue el día de mi nacimiento ó porque tengo muchos buenos recuerdos de los viernes cuando terminaba el colegio y me ponía a jugar al fútbol, iba a Chu-lin( la tienda de chucherías de al lado de mi casa) y después me acercaba con algunos amigos a rondar y tontear con alguna de las Martas que me gustaban por entonces. El caso es que los viernes siempre han sido especiales en mi vida.

Aunque sólo sea por esa fantástica canción de Robert Smith y su grupo The Cure, Friday i’m in love, se trata de un fantástico día para entregarte a aquellas cosas que te hacen feliz. Una de mis preferidas salir por la noche.

Había quedado con Casas, el amigo más preciado que me ha quedado tras mi paso por la universidad. Siempre solemos quedar por la zona de Conde Duque. Reúne todos los requisitos para poder pasarlo bien.

Estuvimos primero cenando en un sitio de la zona: la taberna La Dichosa, situada en la calle Bernardo López García. Allí degustamos sus ricas tostas: la de pollo al curry con setas y la de solomillo con cebolla caramelizada y queso brie, para terminar con una cazuela de huevos rotos con papas y chistorra. El ambiente es agradable, aunque un poco ruidoso. Los camareros cordiales y algo acelerados por el tráfico incesante de gente en el local.

En definitiva, un buen sitio para cenar, tomarte unas cañas por menos de 40 euros para dos personas.

Tras tomarnos una copa en el ambiente vintage y setentero del Tempo, tras una buena conversación de música, deporte, de como esta el patio económico-político alternando canciones de Marlango, Tom Waits y Lou Reed, nos decidimos por ir a uno de nuestos bares preferidos: El Moloko.

Situado en la calle de salida de la Plaza de las Comendadoras. Sitio especial y castizo donde los haya. Escenario inolvidable de Lucía y El Sexo de Médem. Refugio de bohemios y actores. El Moloko no es un bar cualquiera. También es un refugio, pero en este caso de amantes de la música Pop-Rock.


En seguida que entras puedes respirar su ambiente rockero, su espíritu indomable ante el paso de los años. Una especie de máquina del tiempo llena de recuerdos inolvidables en forma de posters y entradas, cómo aquel mítico concierto en el palacio de los deportes de Madrid de Los Ramones con Nacha Pop de teloneros. Murales de Teenage Fanclub, The Smiths. Entradas de los Pixies, de Sonic Youth…a mi me da la misma paz espiritual que, supongo, le dará a un monje tibetano al entrar en uno de sus santuarios.

Al principio el local esta desahogado, como a mí más me gusta. Hasta puedes sentarte en uno de sus desgastados asientos. Así es como lo encontramos Casas y yo el otro día.

Nos acercamos a la barra y pedimos dos Paulas. Bien fresquitas y en sus vasos de copa de la Uefa.

Más tarde se cumplió la norma y el local empezó a llenarse. Es ahí cuando las conocimos. Como buenas forajidas al principio llevaban la piel de cordero. Dos pijos, al parecer un poco perdidos, utilizaron la máquina de dardos que nunca ha de estar en un sitio como este. Si hay poco espacio, encima marcaron un pasillo cercano a nosotros para pasear a Ralph y Tommy. No, no iban con dos amigos del master que conocieron en la Universidad de Columbia y con quienes hicierón buenas migas. Me refiero a sus americanas y convencionales camisas.

Estos dos sujetos fueron el cebo, el gancho necesario para conectar. Entonces se acercó a mí La Fea. Antes de nada quiero aclarar que estoy siendo injusto con ella. La chica no era fea, simplemente normal o más fea que sus compañeras, pero hay que cuadrar el título de la película.

- ¡Anda que venir al Moloko a jugar a los dardos!-, es lo que acerté a oír tras observar varios intentos de acercamiento por su parte.


- Llevas toda la razón- le dije acercándome a su oreja-

- Hemos venido las tres a dejar los abrigos aquí y nos encontramos a estos dos que no se de donde han salido tio.

- Yo creo que se han perdido, y han acabado aquí. Cómo no saben que hacer, pos ala a jugar a los dardos.- la verdad es que hasta este momento la conversación impecable, nada que objetar.

Mientras mi colega Casas ya había conectado con las dos amigas que le acompañaban. Parecían inmersos en una conversación agradable y distendida. Presidida por el buen rollo y las miradas de complicidad. Nosotros cambiamos de tema y pasamos a hablar de trabajo. “mala cosa” pensé para mis adentros.

El caso es que no me enteré muy bien de lo que me contaba. Era algo así como que ella trabajaba en publicidad y como en su departamento estaban todos colgados decidió cambiarse a marketing ( muy interesante por otra parte) por que la creación es algo muy rayante…¡ joder pues anda que ser comercial!.

A medida que me iba perdiendo más en la conversación mi cara y mi boca se acercaban más a las suyas. Notaba como el intelecto iba desapareciendo a favor de las ganas de contacto y la cercanía. Y no solo por parte mía.

La fea se retiró en el mejor momento, como un gran personaje secundario cuyo tiempo de metraje ha expirado.

- Me voy a ir, me estoy empezando a sentir mal…y el cansancio…- ¡vaya!, pensé yo-

una cosa..¿Me das tu número de móvil?- ¿ein?, ¿una tía que se va y me pide el móvil?

Ahora sí que me he perdido.

Tras unos momentos de lógica duda, al menos para mí, accedí.

- Ok apunta- lo apuntó, me dio dos besos y se despidió de mí, de Casas y de sus dos amigas.


Accedí a la parte divertida de la pelí en ese momento. En la que ya estaban el resto de mis compañeros de reparto.

- ¡Pues yo he estado siete veces en Benicasim tio!

- ¡Joder, una vez menos que yo!, ¿ Cual es la banda que más te ha gustado en directo? Casas no negocia los temas de conversación.
- Para mí Charlatans, Manic Street Preachers y Morrisey hace dos años también se lo curró.

Aunque os parezca increíble esta es La Mala. Una mala más arropada e imprevisible que Lee Van Cleef, ya os daréis cuenta en el desenlace final. Bajita, con el pelo corto y la nariz prominente, aunque no exenta de cierto encanto y dulzura. A mi me dio la impresión de estar con la Barbara Streisand de los setenta, cuando iba con el pelo muy corto y el flequillo de cazo. Llevaba un vestido sintético muy florido y colorista para ser enero, debajo una camiseta de manga larga. Para terminar unas botas altas.

El caso es que con La Mala disfrutamos de la música de The Cure, The Smiths y de The Arcade Fire. Se notaba el buen rollo, las risas y el compadreo. También cierta caída de ojos y pestañeos con mi amigo Casas que caza al vuelo cualquier atisbo de insinuación femenina.

La buena mientras se puso a hablar conmigo. Era bastante locuaz y divertida. De esa clase de chicas que no habla nada en concreto, pero te lo acabas pasando bien. Parecía Rafaela Carra en morena. La Rafaela pre-si fuera, aquella que nos invitaba insistentemente a hacer el amor en el sur. Con falda de cuero, pelo largo y liso a lo cleopatra y camisa sin mangas ajustada.

Nos reímos, bailamos, por llamarlo de alguna manera, y hasta nos hicimos fotos con cámara digital en pleno apogeo de la tormenta facebook. Una buena noche.

Lástima que nos quedase el duelo final. Aquel que hace enemigos de forma definitiva.

Como no estamos en Sonrisas y Lágrimas no os engañaré con un dulce final feliz.

Llegó la hora de las luces en el Moloko, la despedida de todas las noches en pleno apogeo. Así son las cosas en el Feudo de Gallardón. Eran las 3’30h de la madrugada. El momento de irse.


La mala cambió de piñón, empezó a descubrir el Lee Van Cleef que llevaba dentro, quizás al amparo de las deslumbrantes luces de fin de fiesta del Moloko.

- ¿A donde vamos ahora?- Casas quería prolongar la noche, no se rinde fácilmente.

- Uyss, pues no lo sé. Y eso que vivo en Conde Duque- la mala dejaba caer su primera declaración de intenciones. ¿Corneta de retirada?

- ¿Intentamos ir a otro sitio que este cerca?, la buena en su papel de réplica.

- Podemos ir al Fotomatón que esta en San Bernardino, detrás de Plaza de España- intenté aportar mi conocimiento de la zona, aunque sabía que no habría más fotos por esta noche en ese sitio

- Vamos para allá- Casas al ataque.

Empezamos a andar de nuevo por la Plaza de las Comendadoras en dirección al Fotomatón, cerca de ahí estaba la Leyenda por si acaso.

La mala bajaba con el rictus cambiado, como cavilando algo ó eso me dio la impresión.

Llegamos al Fotomatón y se confirmaron mis presagios, local cerrado. Entramos en La Leyenda y no pudimos pedir nada. La barra estaba cerrada.

Fueron momentos de impasse antes del duelo final. Una escena inesperada e impactante de resolución de este film de viernes noche.

Al salir de la leyenda se desencadenaron los hechos. Fue un golpe certero y duro, directo al rostro.

- Chicos yo me voy. La noche esta muerta y tengo a mi novio durmiendo solo en casa- Barbara Streisand pasó a ser Joan Collins en Dinastía. Sin caída de ojos ni pestañeos.


- Yo también me voy a ir, que a Vallecas tengo un trecho- ¿La buena y la mala retirándose al mismo tiempo? Desde luego que el final no estaba siendo de Hollywood. Muy de Leone.

- Bueno pues nada, hasta otra. Ha sido una buena noche- Casas y yo casi al unísono, como buenos gregarios.

En ese momento llegó el tiro de gracia. La clase de tiro que puede matar a un protagonista. La mala en pleno apogeo.

- Bueno chicos lo siento, esta noche no vais a follar- ahora si que saltó la banda sonora de Morricone por los aires. Por un momento creí ver hasta balas de paja rodando por la calle, pasando por delante de nuestra cara.

Fueron unos cuantos segundos en slow motion. Casas y yo groggys. La mala empezó a ser consciente de que algo se había removido en nosotros. ¿Mierda, quizás?

- No te preocupes guapa, nosotros somos autosuficientes. Yo llego a mi casa y me hago unas pajillas como Torrente.- empleé el recurso del amor propio, justo cuando estaba siendo denostado.Bala al aire.


- Tranquilos, si no, aún tenéis oportunidad esta noche. El 70% de las tías que hay a estas horas por la calle salen a follar- en cambio, este tiro se fue a las nubes. Ahora nos tocaba disparar. Un disparo certero e intimidatorio

- Mira lo mejor que puedes hacer es pirarte a tu casa con tu novio- ¡ahí esta!, Casas convertido en Clint Eastwood. A la mala le cambió la cara. Un rojo turbador comenzó a aparecer por sus mejillas.


- De verdad chicos…-no acertó a decir nada más.

La buena había presenciado el duelo al sol. Por su cara, más bien parecía una tragedia griega. Estaba avergonzada. Mantuvo la compostura y el único ápice de dignidad presente en aquel instante. Paró un taxi y se despidió de nosotros. Ni tan siquiera cruzó una mirada con su amiga. Se fue sin despedirse de ella.


La buena estuvo a la altura. La mala se fue con el rabo entre las piernas. No necesitó ni una huida precipitada. Nosotros enfilamos la calle en dirección Plaza de España con un gran cabreo y sin mucha capacidad para expresar la rabia que sentíamos en ese momento.

- ¿Esta era profesora, no?, nos ha querido maltratar, cómo si estuviese encima de su inalcanzable tarima.- Casas abrió la veda a nuestro enfado.

- Encima si estuviese buena, pues todavía puedes justificar la bomba que ha tirado…pero la muerte del loro esta…¿Tendría mala conciencia por dejar solo a su novio durmiéndola? - definitivamente logré sacar la mala baba.

Efectivamente no fue un final bonito al uso de Hollywood. Tal vez pareció un inquietante thriller con final desagradable y triste ó un western donde los cowboys cabalgan con sus monturas hacía un horizonte sin recompensa.


¡Hasta pronto perdedores!

























PORQUE TODOS, ALGUNA VEZ, HEMOS TENIDO EL CORAZÓN NEGRO



PORQUE TODOS HEMOS TENIDO ALGUNA VEZ EL CORAZÓN NEGRO. PEARL JAM-FESTIMAD 2007.



Era sábado por la noche, el día de las grandes citas, la noche ideal para ver cumplidos los sueños de las personas que todavía disfrutan de las ilusiones y los buenos momentos. Mi amigo Jesús y yo íbamos a cumplir uno de esos sueños ,para mi caso sería la tercera vez en verlo cumplido, supongo que es como tener un hijo, a todos los quieres mucho pero cada uno es diferente.

Aquella noche íbamos a Festimad para ver en concierto al aire libre a Pearl Jam, el grupo que alimenta mi alma y despierta las entrañas de cualquiera, en este caso contaba con un nuevo adepto, Jesús .El iba a tener la oportunidad de disfrutar del grupo más mítico de los 90.Una banda que sobrevivió a la decadencia del grunge y abandonó esa intensidad y rebeldía contra la frustración y la incomprensión, canalizando su energía y talento hacía el rock de toda la vida con la personalidad de Eddie Vedder como bandera.



Fue una noche fresca que respetó el mes de junio. Había bastante expectación en los aledaños y esa especie de fraternidad entre los hinchas de Pearl Jam que ya pude sentir en Vitoria o en Madrid en el 2006, me sentí como enlazado por una cadena invisible con multitud de camisetas de otras giras, o con ese icono ya mítico que sirvió para presentar el inolvidable Ten en 1990.

Tras entrar por los tornos del estadio y ascender al primer anfiteatro, nos dispusimos a bajar las escaleras para acceder al césped, terreno de los elegidos del balón y espacio situado para todos los que Pearl Jam significa algo mas que un grupo.



Esperamos impacientes alrededor de una hora y poco a poco la tensión y la expectación fue subiendo de intensidad, como el volumen de un amplificador de hi-fi. Jesús y yo nos miramos expectantes, yo le dije que se preparara por que esto es algo que no se vive todos los días…empezaron a sonar los primeros acordes de Once, preludio de la aparición de Eddie, Jeff, Stone,Mike y Matt, de momento ausentes del escenario. Los focos se apagaron, el comienzo del concierto era inminente y la adrenalina estaba al máximo.

Y por fin comenzó a sonar la primera canción, como no del primer disco: Porch, por un momento sentí que recuperaba las viejas sensaciones de los 90, por que esta canción tiene alma, tiene intensidad y tiene mística. Sentí que la energía nunca se fue de mi cuerpo, y es que Porch es como un recorrido a toda velocidad pero disfrutando de la melodía y los cambios de ritmo. Ví a Vedder sostener su voz y supe que no quería estar en otro sitio.

Miré a Jesús y sentí que éramos afortunados. Terminó Porch y empezó a rugir la guitarra salvaje de Grossard en Animal, segunda canción de Versus que hizo revolverse al personal y transformó un grupo de acólitos en una manada de lobos. Hail-Hail nos llevó de viaje a través de sus guitarras y su ritmo incesante y delicado por melódico a No Code, me encanta la sensación de fineza y excentricidad de este exquisito album.

La verdad es que luego perdí un poco el orden: me abracé a mi amigo, le miré con complicidad, compartí con el y con nuevos compañeros de odisea los nuevos desafíos que nos proponían nuestros ya viejos amigos de Seattle.

Entró Vitalogy con fuerza, ese disco lleno de grandes canciones que marcó el principio del cambio de nuestro grupo. Last Exit se dejó sentir como lo que es: una canción con fuerza y sentimiento a la vez, con guitarras estridentes que sirven de guía desde el principio hasta el final, el bajo de Ament que deja sentir su personalidad y nunca deja solas a las guitarras y la voz de Vedder mas tobogán que nunca.
 La transición desde Ten y Versus empezaba a cristalizar. Luego vino Not For You, y la magia del directo al convertir un tiempo medio en una canción roquera y ofrecer una versión de grupo con personalidad en los arreglos. Con Even Flow volvimos a recuperar la sensación de amarlos y sentir que Ten es lo mejor que hemos escuchado. Nos cautivó su puesta en escena y no pudimos reprimir los botes y los gritos incesantes. Mike Mc Ready tomó el control para dar un descanso a Eddie y nos deleitó con sus clásicos e interminables Riffs y sus punteos supersónicos para llevarnos al cielo y devolvernos sanos y salvos con la magia de este clásico, Matt Camerón no quiso ser menos y remató desde la batería la canción con un alarde de velocidad y compas.

Luego le seguirían las canciones mas bellas del Versus que domesticaron nuestro corazón y le llevaron a la parte mas melódica y tierna, que la tienen, por eso son tan grandes; comunión colectiva en Daughter y Elderly Woman behind the counter in small town que nos demuestran que America tiene una parte sincera y autentica aunque no tan exportable como el viejo sueño americano, la honestidad y valentía de la gente normal y corriente.

Alive me transportó a los 17 años, a la edad en que descubrí que melodía, intensidad, talento, fuerza y sentimiento podían conjugarse en un solo grupo; las primeras letras que escribió Eddie para Peal Jam, la fuerza de la experiencia personal hecha canción dejo sentirse en todo el estadio.

Por aquel entonces estábamos ya en el primer Bis, habían pasado por encima nuestro los increíbles acordes, la energía y velocidad de Go, la sensación de surfear con Vedder en un mar de césped a traves de Yield y su incontenible a prueba de saltos Given to Fly y dos bonitos recuerdos a los maestros del pasado: el del corazón, el mas romántico rebelde de la música, Joe Ramone, en I Believe in Miracles y el grupo que marcó toda una generación, Baba O`Realy de los Who y una ya clásica prolongación de la bella Daughter con The Wall de Pink Floyd. También pudimos comprobar que han vuelto a ser ellos, que encontraron de nuevo la esencia perdida a través de la canciones de su nuevo disco en World Wide Suidice, un reflejo brillante de canciones como Spin the black Circle y Do the Evolution

Entonces llegamos al momento estelar de la noche, pudimos escuchar a Vedder lo orgulloso que nos ha hecho sentir de llegar hasta aquí con esta maravilla de grupo, nos abrió de nuevo su corazón, bebió nuestro vino y permitió que un extraño-conocido saliera a presentar la canción que ha marcado una época de mi vida, que me ha enseñado que los sentimientos mas extremos pueden estar cargados de intensidad y que la música puede reflejar como te sientes y acompañarte en los momentos mas difíciles.
 Javier Bardem conectó con todos nosotros y nos tradujo lo que hemos sentido escuchando alguna vez esta preciosa canción. Y es que es verdad que en mi vida en muchos momentos he tenido mi corazón negro. Black sonó tan intensa y preciosa como siempre. La compartí con 20.000 personas y no refugiado en mi habitación en un día lluvioso, y eso para mí ya justifica toda la noche y el precio de una entrada.

Tuve la oportunidad de darles las gracias y decirles mi mas sincero hasta pronto con esa despedida maravillosa de su repertorio como Yellow Dead Letter y mas que nunca me sentí afortunado de cantar, gritar y abrazarme con mi amigo. Todo eso rodeado de una noche mágica, mi afonía y mis vaqueros encharcados es lo que me dejó UNA FANTASTICA SESION CON EL GRUPO DE MI ALMA. Eché en falta 15 o 20 minutos más de fantástica música, emociones y abrazos de compañeros que disfrutan, eche en falta a la niña de mis ojos, aquella chica que puede que no sea la mas guapa pero que levanta tu cuerpo 30 cm por encima del suelo, aquella que te enseña a sentirte el mas afortunado del mundo; REARVIEW-MIRROR, pero como decían en una peli de Billie Wilder: “Nadie es Perfecto”. Rearview Mirror habita dentro de mí.





TEN-Once, Even Flow , Alive, Black, Porch

VS- Go, Animal, Daughter, Elderly Woman Behind de counter in small town,

VITALOGY: Last Exit, Not for You, Corduroy.

NO CODE- Hail, Hail

YIELD-Given to fly.

VERSIONES- Baba o’realy, I Believe in Miracles

RAREZAS- Yello leadbetter.

ULTIMO- World Wide Suidice, severed hand y comatose.