lunes, 26 de julio de 2010

LLÉVAME CONTIGO








Cada vez que oigo Take On Me- mítico tema de la banda noruega Ahá en los años ochenta- se me pone la piel de gallina. La primera vez que la escuché tan sólo era un niño y ya me quedé prendado por su gran romanticismo, su carácter épico y su inolvidable melodía. Todo ello enmarcado en uno de aquellos vídeos inmortales de los ochenta. En el clip, el cantante de Ahá cobra vida desde un cómic para pedir el rescate y la mano amiga de la guapa chica que contempla los dibujos.

Cuándo parece que todo está perdido y los incipientes y románticos amantes no podrán permanecer juntos al ser capturado Morten Harket, el cantante y protagonista de la historia, por sus perseguidores, una especie de policias poco comprometidos por defender a los ciudadanos y preservar el orden y la ley, finalmente logra salir de la persecución de pesadilla en la que se termina convirtiendo el cómic, no sin antes salvar la vida de su amada aún acosta de arriesgar la suya propia.

Take On Me es la clase de canción que nunca pasa de moda. El paso de los años la ha tratado como al mejor de los vinos de una gran añada. Es más, ha convertido a Ahá en un grupo de culto y ha florecido el gusto por otras canciones menos talentosas de la banda de los años ochenta. Sin duda, se trata de uno de los himnos generacionales de esta maravillosa década. Cuándo suena su mítico órgano en los bares de Madrid, aún más de veinte años después, sigue captando la atención de los acólitos del local de turno. Sus cuerpos empiezan a moverse de manera casi hipnótica y los ojos brillan en sus miradas nostálgicas bajo las luces indirectas de los focos.

Para mí, Take On Me representa una actitud valiente, una declaración de intenciones bajo el prisma comercial de una década que entronizó el Pop hasta sus últimas consecuencias. Y es que atrevido resulta plantear un encuentro romántico desde las páginas de un tebeo hasta el ambiente cargado de un comedor en alguna gran ciudad industrializada. Una historia atípica y llena de intensidad. Un romance furtivo y asediado por un peligro inminente que me hace preguntarme por qué nos seducen tanto los amores imposibles. ¿Quién de nosotros no se ha enamorado de la chica de alguna revista?, ¿ A quién no le ha seducido y cautivado alguien con el que se ha cruzado un breve instante al regresar a casa después de una noche de marcha?
Con estos elementos juega Ahá. Tan antiguos como en boga. Tan interesantes como incomprensibles. Ahí reside la magia del encuentro, la fascinación por lo desconocido y el amor a primera vista.

Ya lo decían los romanos hace más de 2500 años. Cupido, el Dios del amor de la mitología romana, nació de una pasión prohibida entre Afrodita y Adonis. Un balance curioso entre el amor y la tragedia que tan bién es recreado en Take On Me, donde chico y chica penden de un hilo y su encuentro finalmente se produce por los pelos.

Todas las canciones míticas producen reacciones en los amantes de la música. No suelen ser indiferentes y suscitan la búsqueda de recreaciones. El significado propio e interno a través de un gran espejo. Aquí os dejo una tierna, preciosa e infantil de manera valiente de Annie B Sweet.

Espero que os guste.







2 comentarios:

  1. A mí siempre me fascinaron Stay on These Roads, y Velvet, más que el Take... quizá tb de oírlo tanto. Me pasa con Chica de Ayer, sin quitarle lo grande, prefiero Elixir deJuventud o Entre tú y yo, (o tantas otras) de Antonio Vega,

    Pero bueno, este es tu blog y lo q me guste a mí importa poco...
    Buena hª, campeón!

    Micky

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  2. Me ha encantado tu comentario Micky, a menudo tenemos grandes canciones que no han sido singles en su época. Sin duda, hay mejores canciones de Antonio Vega, por ejemplo. Detrás de grandes Lps como Out of time de R.E.M., se esconden temas que cauitvan y ni siquiera forman parte de los singles como Texarkana o Country Feedback.
    Un saludo.

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