miércoles, 30 de junio de 2010

ARE YOU READY TO FLY?





La anterior entrada de Manute Bol me tiene inmerso en una oleada de sensaciones estos últimos días.

Me he dado cuenta de que tengo muy asociado el baloncesto a una etapa de mi vida. Aún me sorprendía cuándo mi antiguo compañero del instituto, Pina the Wolf, me decía que era capaz de escribirle los quintetos de todos los equipos de la NBA en su carpeta de tercero de BUP. Hace unos días me permití el lujo de ver el séptimo y último partido de las finales de la NBA entre Lakers y Celtics. Un partido de escasa calidad, aunque lleno de intensidad, emoción y derroche físico en ambos equipos. Pude contemplar emocionado la conquista del anillo de campeones de los Lakers con un intenso, enérgico y responsable Pau Gasol, con sus características jugadas debajo del aro y su fantástica visión de juego. La furia y la rabia de los Celtics ante la derrota, expresada de manera fidedigna en la mirada de depredador acosado de Kevin Garnett-ala-pivot de los de Boston-. A las seis de la madrugada, hora de final del partido, tuve un bonito momento de paz y reflexión sobre la influencia de algunos espectáculos en la pasión y el sentimiento de sus aficionados. Había abandonado el baloncesto americano y él me había quitado una de mis pasiones-Saltar e imitar los movimientos de mis ídolos-.
Ya quedan lejos los partidos con mi hermano en mi habitación, aquellas fantásticas imitaciones del Sky Hook de Kareem Abdul Jabbar con un pequeño balón de plástico sobre el tablero que nos había instalado mi padre en la habitación. También los movimientos a lo James Worthy, con tanteos a izquierda y derecha para depositar una vertiginosa bandeja. Iba por los pasillos de mi casa con la pelota y simulaba machacar en el dintel de las puertas. Esta singular afición pasó a las calles, el baloncesto urbano. No era raro poder verme machacar los carteles de las tiendas en las noches de marcha adolescente en el madrileño barrio de Arguelles. En aquellas fantásticas noches, de camino de un bar al siguiente, solía imitar el giro de 360º de Dominique Wilkins ó el Air Jordan de "God Mike"- salvando las distancias, claro, más en mi fantasía que otra cosa,jaja.- y así intentar llamar la antención de todo aquel que pasaba por mi lado ó cultivar mi faceta de Showman con las chicas, tan injustamente valorada...bueno, siempre dejé muchas sonrisas por el camino y alguna que otra mirada de admiración. No tanto por la ejecución, sino por la ocurrencia.

Una vez más sacaba el perdedor romántico que hay en mí. Sin ninguna intencionalidad ni finalidad práctica. Simplemente hacía algo que sentía y sí de paso sorprendía a alguien, mejor. La única motivación era hacer reír ó descolocar a la gente. Noble y humilde objetivo.

Los años han ido pasando y aquellos saltos han quedado un poco en el recuerdo. La edad los ha sacado fuera de contexto y mi pie derecho, destrozado el pasado verano, no me permite actualmente tan bellas licencias.
Lo que no ha desaparecido es la emoción base. Esa especie de torbellino vital que sale de lo más hondo de mi abdomen y que aún revoluciona mi cuerpo hasta el punto de querer saltar, de querer volar, de querer ser libre y eternamente joven.

En mi memoria quedan aquellos saltos, algunos cruces de miradas y sonrisas en las madrugadas madrileñas y la sensación de que todo valía mientras fuese divertido y sano. Sin consecuencias para nadie.

Os dejo una maravillosa, viva y frenética canción que os muestra todo aquello que he comentado anteriormente. Are You Ready to fly?, tema escrito en el año 1992 e interpretado por la cantante zambia Rozalla para su album Everybody's Free, título sintomático de las ansias de libertad que contagia al escucharlo y bailarlo.
El vídeo de este tema recrea las acciones de los novatos que entraron a la liga de baloncesto norteamericana en la temporada 1993-1994. Entre ellos el número uno del draft- procedimiento de selección de los equipos de la NBA de los mejores jugadores en etapa amateur-, Chris Webber: 206 cms, ala-pivot, dotado de un físico privilegiado y unas condiciones técnicas innatas para jugar a baloncesto.
Webber junto a sus compañeros de la Universidad de Michigan-los Wolverines lucen pantalón y camiseta amarillos-, Jalen Rose, Juwan Howard, Ray Jackson, Jimmy King, los fabulosos cinco de Michigan, llegarón en su primer año en la universidad como jugadores de baloncesto(1991) a la final de la NCAA- liga universitaria de Baloncesto-, cayendo en ella frente a la poderosa Universidad de Duke.

No pasaron a la historia como ganadores, sino como perdedores, pero la gente recuerda muchos más a este equipo de talento que a los todopoderosos Christian Laettner y Grant Hill de Duke.

Así es la vida, no todo el "oro" es para los ganadores.




4 comentarios:

  1. Ei!! Tú ya tienes la medalla de oro. Medalla a la mejor persona... eres "ganador".
    Besos!!

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  2. Lo de Gasol es un sueño... Ganar una final Lakers- Celtics. Cualquier tío nacido en los 70 sabe a que me refiero.

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  3. Pues sí Lord Garitus, para los jovenes nacidos en la década de los setenta era lo máximo.Los equipos míticos de la mejor liga de baloncesto del mundo.

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