NADA PERMANECE

T

“Nada permanece, todo se desvanece, se que no puedo quejarme, trataré  de no engañarme…” “Simple cuestión de tiempo llegar al precipicio, yo bajando a los infiernos, tú cruzando el paraíso”… “Para ti la vida que te lleva, para mi la vida que me quema”

“Tenias tanto que aprender y yo tanto por demostrar, por un instante la eternidad”

Este precioso y rockero tema de Loquillo se titula “Cruzando el Paraíso”. Perteneciente a su lp Balmoral, Loquillo ha recreado diferentes versiones de esta canción con la colaboración de artistas tan singulares como Johnny Hollyday o Andrés Calamaro.

Cruzando el Paraíso de nuevo ha vuelto a captar la atención de los buenos amantes del rock nacional al aparecer como tema de cabecera de la serie de producción nacional para Canal +, Crematorio.

Basada en la homónima novela del escritor valenciano Rafael Chirbes, Crematorio narra la vida y obra de Rubén Bertomeu, un constructor levantino que ha amasado una importante fortuna y creciente poder en la costa mediterránea a través de sus negocios de narcotráfico, la corrupción de las autoridades políticas y su falta total de escrúpulos unida a una codicia sin límites.

Bertomeu está fantásticamente interpretado por Pepe Sancho, que últimamente anda especializado en personajes que se manejan bien con el poder y el autoritarismo como el mítico Pablo Ramírez Sañudo, jefe de Antoñito Alcántara en Cuéntame, o el general golpista del 23-F, también valenciano como él, Jaime Milán del Bosch en la miniserie de televisión española 23-F, el día mas difícil del rey.

“Y es que sólo se vive una vez ” piensa el bueno de Bertomeu, por eso elige posicionarse frente al precipicio de la vida dispuesto a bajar a los infiernos de la miseria humana.

Todo con tal de vivir a tope, de acumular la mayor riqueza posible y ser, por encima de todo, poderoso. Porque “cuando uno es poderoso no puede ser nada mas”, en palabras del constructor valenciano. La vida  para Ruben Bertomeu se divide por lo tanto en gente con o sin dinero, gente con o sin poder, gente a la que corromper o no corromper en función de los objetivos de gloria de alguien con la ambición intacta.

Curioso y premonitorio argumento el de Crematorio, supongo que no será casualidad que su autor Rafael Chirbes sea valenciano, tampoco que lo sea Pepe Sancho. Ambos conocerán la idiosincrasia de su región, sus largos y tentadores kilómetros de playa, el poder de seducción del dinero fácil y la ambigüedad e hipocresía de la clase política española.

Por eso el mediterráneo es tan atractivo, no se trata solo de disfrutar de largas horas de sol, de la calidez de sus aguas, ni tan siquiera de la hospitalidad de sus gentes o la riqueza de su gastronomía. Este retiro dorado para extranjeros y sueño de prosperidad de muchos empresarios de la construcción, también es objeto de deseo de las mafias blanqueadoras del dinero del narcotráfico y el terrorismo internacional.

Así transcurre la trama de Crematorio, entre corrupciones políticas, proyectos megalómanos de construcción, intrigas de poder, investigaciones judiciales, asesinatos y delitos diversos con Bertomeu y su familia, Trajan, su socio ruso, políticos, policías y jueces a la cabeza del repertorio de protagonistas.

Ya lo dice El Loco a la hora de interpretar Cruzando el Paraíso, todos, incluso los mas poderosos, tenemos muchas cosas que aprender y la vez demasiadas ganas por demostrarnos cosas a nosotros mismos y a los demás. Es la fuerza de la vida, fuerza unas veces necesaria y lógica y otras veces autodestructiva y caótica.