lunes, 3 de mayo de 2010

LA ESCALERA DE JACOB: LA DIVINA COMEDIA DE DANTE DEL SIGLO XX






El film dirigido por Adrian Lyne (Atracción Fatal) y magistralmente interpretado por Tim Robbins, narra el particular descenso a los infiernos de Jacob Singer, nuestro Dante particular. Un veterano de la guerra del Vietnam que se vio envuelto, junto a su batallón atrincherado en espera de un nuevo destino en Saigon, en una oscura trama de experimentación del gobierno de los EE.UU. con el LSD en las tropas norteamericanas en Vietnam, con el objetivo de aumentar la moral, intensidad y agresividad de sus tropas, que poco a poco iban cediendo el triunfo del conflicto bélico a las tropas del Vietcom.

Jacob, es herido de gravedad y de forma misteriosa en el transcurso de una escaramuza y trasladado de nuevo a los EE.UU. donde, una vez recuperado, trabaja de cartero y vive con su novía Jezabel.

Esa cotidianeidad se verá pronto drásticamente interrumpida por una serie de encuentros terroríficos y fantasmagóricos, con los que se ira topando Jacob Singer en sus andanzas por el desfiladero en el que se va a convertir su vida. Esto junto a la aparición de antiguos compañeros de batallón, la persecución de un extraño químico y los servicios secretos, harán de su vida lo más parecido a deambular por el averno, que tan brillantemente relató Dante en La Divina Comedia; libro de cabecera de nuestro protagonista.

Recreando los versículos de la Biblia, dónde Jacob, hijo de Isaac, descendiente de Abraham, descubre una escalera que sirve de unión entre el cielo y la tierra y por dónde los ángeles del señor pueden bajar y subir para ayudar a aquellos que se declaren siervos del Yahvé.

Nuestro protagonista encuentra su Ángel particular en la figura de su quiromasajista, fantásticamente interpretado por Daniel Aiello, que lo rescatará de las profundidades y abrirá los ojos de Jacob para ir aceptando la realidad como primer paso para su sanación. De esta manera, aceptará la muerte de su hijo Gabriel, que le sumió en una profunda depresión y desencadenó el fin de su matrimonio meses antes de ir a combatir por su país en la guerra de Vietnam.

La película se encuentra brillantemente dirigida por Lyne, que retrata de manera oscura, fantasmagórica, inquietante y sombría el camino atormentado de nuestro personaje. Con un magistral tratamiento de las luces y las sombras, los giros argumentales y los flash-backs, nos sumerge por completo en la angustia, la desesperación y la incertidumbre de Jacob Singer sobre su vida, su pasado y su destino, sólo acalladas y placidamente interrumpidas por la camilla y la luz celestial de la sala de su masajista. Esto unido a una magistral banda sonora-Maurice Jarre- y una excelente interpretación de los actores secundarios,-Matt Craven a la cabeza- hace de Jacob’s Ladder una película de culto.





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