martes, 1 de noviembre de 2011

¿Y si fuésemos nosotros?




En pleno epicentro de una crisis que se inició allá por la primavera del 2008, cuya causa central es el fracaso de las teorías neoliberales que suponen un acción eficiente, correcta, optimamente redistributiva y capaz de alcanzar un equilibrio en el largo plazo sin ningún tipo de acción de política económica de los gobiernos por parte de los mercados, no parece que se atisbe nigún rayo de luz en la oscuridad económica más absoluta.

Hoy en día, afirmar que el mercado sin control ni intervención, sin estímulos a su acción y sin políticas que le ayuden a canalizar el valor añadido del trabajo, del capital y del conocimiento- lo que se conoce como Know-how, capital humano que se introduce de manera endógena en la tecnología- ha sido una osadía cuyos efectos se están empezando a descubrir casi 30 años después de que Milton Friedmann y la escuela de Chicago declarasen el ocaso de las teoria Keynesianas, o lo que es lo mismo, la ineficiencia del sector público y su herramienta principal, la política económica- fiscal y monetaria- a la hora de alcanzar una senda de crecimiento continuo y equilibrado que mitigase la acción de los ciclos económicos y sus etapas de ajuste recesivo por saturación de la oferta y la demanda de los distinos sectores que componen la economía de los paises.

A partir de la crisis del petróleo se instauró de manera exclusiva la política monetaria y sus incrementos de la oferta y estimulos de la demanda monetaria con el objetivo de alcanzar los tipos de interés más adecuados a la hora de fomentar la inversión y el consumo y contener la inflación, la auténtica lacra de las economías a la hora de crear empleo, financiar la deuda de los paises y poder explotar la balanza comercial a través de la exportación de sus productos más competitivos sin que se resienta el tipo de cambio de sus monedas.

Toda esta brillante abstracción pertenece más a las aulas y a los gabinetes económicos de los distintos países que a los ciudadanos de a pie, donde reside la raiz de la economía de todos, pero sin duda ha afectado y afecta hoy más que nunca nuestras decisiones de consumo, inversión y ahorro y por ende la estabilidad y sostenibilidad de nuestra vida en el corto, medio y largo plazo. No cabe duda.

La teoría Neoliberal otorga al mercado el poder supremo de corregir todas las desigualdades que se producen en nuestros intercambios y decisiones diarias. Desde las que se producen en las más altas esferas entre las naciones más poderosas, hasta las que podemos realizar con un simple click del ratón, mucha avaricia y temeridad comprando acciones de compañías desconocidas que operan a miles de kilometros de distancia, pero que alguien al otro lado del telefono que se hace llamar nuestro asesor nos dice que es lo mejor para nuestros ahorros. Y...¿Cómo sabemos que es lo mejor?, pues porque lo dice nuestro asesor...pero en cualquier caso la decisión la tomamos nosotros.

Lo que los liberales más divulgadores no nos han comentado es que la economía está muy asociada a la Psicología y que una parte importante de la doctrina Neoliberal nos dice que los sujetos, el ser humano vaya, somos racionales por naturaleza, que no quiere decir otra cosa que siempre que tengamos la información completa sobre una decisión en matería económica haremos lo más conveniente y beneficioso para nosotros mismos...¿Pero qué es lo más conveniente?

Una de las evidencias más importantes que han surgido en el contexto actual  a raiz de la crisis es la fuerte influencia de la Psicología, es decir, de nuestros valores, lo que pensamos y sentimos a la hora de tomar decisiones económicas. Las investigaciones más importantes de los últimos años están encaminadas a intentar demostrar el carácter decisivo de las expectativas, los sentimientos y pensamientos en las decisiones de los agentes económicos, porque al fin y al cabo los gobiernos, los organismos, los bancos y las empresas están regidas por seres humanos.

El concepto más importante de la historia del pensamiento económico es La Teoría del Valor. Desde Adam Smith, considerado el primer economista de la historia moderna, hasta los más importantes economistas de la actualidad como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, el Valor ha sido un precepto determinante en sus investigaciones y el desarrollo de sus teorias.

El valor es un concepto intangible que ha sido objeto de estudio y modelización con diversas teorias a nivel individual como las teorías desde el lado de la oferta- el valor añadido que se incorpora a los productos en su proceso de producción a través del trabajo- que genera una plusvalia de la cual no obtiene una remuneración legítima como decía Karl Marx, el capital- auténtico motor de la revolución industrial a través de los beneficios- y la tecnología- impulso constante del valor de los productos a través de la mejora en la eficiencia de los otros dos factores-.

También cobraron mucha importancia las teorias de la demanda que indicaban el valor de las cosas a través del grado de satisfación que obtienen los agentes a la hora de consumir o disfrutar de ellas. Es lo que se denomina teoría de la Utilidad, cuyo primer exponente fue el brillante y excéntrico Jeremy Bentham, cuyo cadaver, por expreso deseo suyo, todavía  preside las reuniones del claustro de profesores de la London Economic School.

Con la fusión de ambas teorías y gracias a la aportación de Alfred Marshall en el siglo XIX nace la teoría del equilibrio del mercado a través de la fusión de las leyes de la oferta y la demanda.

Esta teoría, que fue la más importante durante doscientos años de estudio económico, se sustentaba bajo la premisa de La Doctrina de la Mano Invisible de Adam Smith: " El individuo en la busqueda de su interés personal y movido por un egoismo individual fomenta el bienestar común". Siempre que tuviésemos la información completa sobre un hecho económico, nuestra decisión sería la más optima para nosotros mismos y para el conjunto de agentes que se vieran afectados en ese proceso.

Esta conclusión extrapolada a niveles genéricos nos da un mercado que puede desequilibrarse en el corto plazo, pero que acaba alcanzado un equilibrio óptimo-el mayor beneficio, menor coste posible- en el largo plazo para todos los agentes participantes en él.

Pues bien, como decía el genial John Nash en la película " Una Mente Marvillosa", " Adam Smith estaba equivocado", de esta manera refutaba dos siglos de teoría económica. En la utópica competencia perfecta, donde existen productores muy similares de un mismo bien, con niveles de trabajo, capital y tecnología parecidos, con información perfecta del desarrollo del mercado donde operan, o lo que es lo mismo con una suerte de altruismo perfecto en donde se coopera y comparte todo en pos del máximo beneficio individual y por lo tanto global y se permite el libre acceso de compradores y vendedores, esto de la mano invisible que empuja a todos a través de la avaricia y el egoismo a alcanzar los mejores resultados posibles, podía ser factible, pero en el mundo real las cosas no funcionan así.

Replicando al gran matematico norteamericano, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusets, cuna de los mejores talentos en economía y ciencias exactas del mundo, a pesar de ser afectado por la esquizofrenia paranoide desde muy temprana edad, : " En competencia imperfecta, solo alcanzaremos los mejores resultados individuales si cada uno de nosotros hace lo mejor para si mismo y para el grupo en el que convive o interactua"

Las teorías de juegos, eclosión de las teoría de decisiones embrionarias de Nash, nos pueden explicar mediante el cálculo diferencial y los arboles de decisión del campo de las probabilidades como empresas que actuan en un mismo mercado y que inicialmente son competidoras, pueden alcanzar resultados más optimos en la medida que comparten la información  y acuerdan fijar las combinaciones de precios y cantidades producidas que conducen a un ajuste de la demanda que maximiza los beneficios de ambas empresas y por lo tanto se produce el reparto del mercado más beneficioso para los productores y el menos perjudicial para los compradores que maximizan su utilidad en razón a una cantidad determinada comprada a un precio determinado.

Es lo que se conoce como la fascinante teoría del  "Dilema del Prisionero", que os contaré en otra ocasión ya que requiere bastante paciencia, concentración y atención.

Con todo este aparato teórico quería hacer una introducción para decir que los políticos, los banqueros, los empresarios, los diplomáticos y otros agentes preponderantes en la sociedad están tomando todos los días decisiones que no son las más correctas para el conjunto de la sociedad. A veces es producto del desconocimiento o la incapacidad. En otras ocasiones se trata de decisiones negligentes, dolosas o malintencionadas que sin duda son el embrión de la crisis económica actual, que no solo es una crisis económica o financiera, es una crisis de valores también.

Por lo tanto son legítimas y esperadas todas las decisiones colectivas de toma de conciencia sobre la acción de todos estos agentes que condicionan dia a día nuestras vidas. El manifiesto "Indignaos" de Stephane Hessel, precursor de los movimientos Democracia Real Ya y 15 de Mayo, habla sobre esta toma de conciencia, pero no la reduce a una mera cuestión de actitud o protesta. Hessel incita a la población a un despertar de la conciencia desde la acción, haciendo un homenaje a mi querido Nash y a la preciosa película que recrea su vida.

Cada uno de nosotros deberíamos reflexionar sobre aquellas cosas que podríamos hacer para nosotros mismos y para los demás para alcanzar un mayor bienestar individual y colectivo. Por ejemplo, si yo soy profesor de música podría asesorar con mis conocimientos a iniciativas artísticas que surgieran para crear un mayor valor añadido a la sociedad a través de la creatividad. Este gesto seguro que no caería en saco roto y acabaría abriendo otros caminos en los que podría salir beneficiado no solo pecuniariamente, sino como ser humano. En definitiva crearía riqueza, algo a veces tan intangible como valioso.

Como no se crea riqueza es comprando diez pisos en el centro de Madrid y manteniéndolos cerrados a cal y canto en vez de incrementar la oferta de alquiler, con el único interés de especular con su precio y alcanzar la mayor ganancia posible, un precio que en absoluto se corresponde con el justiprecio de esas viviendas.

Tampoco es muy útil para uno mismo y para la sociedad tener enpantanado un local comercial, porque ya no se perciben los alquileres de antaño en un mercado especulativo y no dar la oportunidad para que algún joven e innovador empresario pueda montar un negocio que a lo mejor no genera tantos beneficios, pero permite crear empleo y generar valor añadido a medio y largo plazo. Esto podría redundar en gente que consume más, de manera racional, que ahorra y que por lo tanto es susceptible de comprar una vivienda con financiación de un banco a un precio racional y eficiente para ambas partes. A lo mejor acaban hasta comprándole el local si todo va bien. El otro negocio, puede comprarle el local, pero no pondría la mano en el fuego sobre el número de empleos que crean y la calidad de lo mismos.

Y con el tiempo no han resultado nada beneficiosos para este pais, los valores instaurados de que lo único importante para ser alguien es ganar mucho dinero y que lo más fácil y más rapido era hacerse constructor, con la connivencia y la financiación de los bancos y el respaldo de los políticos en lo que hasta hace pocos años se creía que era la gallina de los huevos de oro, un modelo agotado y caduco en la actualidad.

Tampoco ha tenido mucho sentido la cultura instaurada del endeudamiento en la sociedad actual con el objetivo de cumplir los presupuestos de los directores comerciales de la entidades financieras y prolongar de manera artificial un modelo de crecimiento basado exclusivamente en el consumo y carente de inversión, tecnología y nuevos sectores productivos generadores de valor añadido y empleo de calidad.
Así hemos asistido a jóvenes y no tan jóvenes con tarjetas de crédito infladas, con préstamos para coches que no les corresponden y con necesidades creadas de manera artificial a cualquier precio como tener un chalet, aunque sea a 60 kilómetros de tu familia o tu centro de trabajo.

El sistema nos ha pervertido, pero nosotros hemos estado ausentes y desconectados. Somos responsables de cada una de las decisiones que tomamos en nuestras vidas, aunque seamos manipulados, dirigidos y presionados por una sociedad cada vez más competitiva, comparativa y en la que el peso de la imagen es cada vez más asfixiante.


En un contexto el actual donde las nuevas tecnologías, la apertura de los mercados, la informatización de las transaciones y los laxos regímenes jurídicos actuales han favorecido la implantación de un mundo plenamente globalizado economica y financieramente hablando, nos encontramos con que un sistema internacional proclive a intercambios comerciales más justos y respetuosos con las ventajas comparativas y productivas de los paises, acelerador de la difusion del conocimiento y una asignación productiva  más eficiente de los factores productivos y la tecnología, una movilidad de los capitales a escala internacional que propiciase una capitalización racional y equitativa en base a las necesidades de ahorradores y prestatarios, ha degenerado en un sistema egoista y perverso, donde la información es privilegiada y sesgada, las barreras de acceso a la competencia y a los mercados están cerradas por las empresas y grupos de poder dominante y los mercados de capitales unicamente buscan la especulación y ganancia en el corto plazo sin ningún tipo de salvaguardia para un horizonte de inversión más equilibrado y sostenible en el tiempo.

Las consecuencias de todo esto son unas mayores desigualdades comerciales entre los paises poderosos y los subdesarrollados, una atracción de los capitales de inversión hacia aquellos paises o empresas capaces de otorgar una alta rentabilidad, pero sin viabilidad a medio plazo o directamente con prácticas fraudulentas o inexistentes y una mayor diferencia entre las rentas altas y las rentas bajas como consecuencia de la existencia de barreras de entrada, una información imperfecta y privilegiada y el egoismo y la avaricia como único motor para alcanzar el máximo beneficio individual en mercados dominados por la ausencia de competencia.

En consecuencia, bajo el prisma de la globalización económica plena actual, cada vez cobra más importancia las decisiones económicas, laborales y financieras que tomamos todos los días, por muy triviales que parezcan. No nos olvidemos de nuestra responsabilidad en la crisis actual e intentemos pensar como podemos hacer para lograr lo mejor para nosotros mismos y para nuestro grupo, que cuanto mayor alcance tengan nuestras acciones, mayor será el beneficio individual y global.

Lamentablemente, el ser humano es egoista por naturaleza y parece utópico lograr este cambio en nuestra manera de comportarnos. Por lo que podemos encontrarnos que la misma rueda que utilizamos para escapar puede acabar aplastándonos. La unica manera de obrar algún tipo de cambio es no despreciar los pequeños gestos que hacemos en el día a día.

Economia-Def- " Ciencia que estudia la asignación eficiente de recursos escasos que poseen usos alternativos"

Os dejo con la maravillosa escena de " Una Mente Maravillosa" , donde se expresa la idea de John Nash.

Un saludo Losers.



1 comentario:

  1. Interesante y denso, hay que dedicarle tiempo para leerlo y entenderlo con calma

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