viernes, 26 de febrero de 2010

I'M A LOSER BABY



Y la criatura finalmente nació. El parto no ha sido doloroso, aunque, como era de esperar, largo y dilatorio... y no me refiero a la dilatación vaginal.


I'm a loser baby, so why don't you kill me no es sólo el estribillo de una magnífica canción de Beck. Es una declaración de principios. Como dice mi buen amigo Mig, a veces tenemos cosas menos importantes que hacer que hablar con determinadas, no todas Dios me libre, chicas... la mayoría de Madrid.

A veces es más fácil y placentero sentirse "un perdedor". Y no me refiero a un equipo de fútbol, ni siquiera a aquellos que eligieron como ídolo de juventud a Mario Conde a finales de los 80, sino tíos con integridad y algo de autoestima. Gente que salimos por la noche y pretendemos divertirnos, disfrutar de la buena música y, por qué no, hablar y lo que surja con chicas. Ellas dirían: "estupido mujeres". Sería el primer paso para el distanciamiento. Tomarse demasiado en serio asimismas.

El siguiente decir que son "unas señoras" y que tú eres "un niñato". Todas las chicas que han elegido el cuerpo de barrilete de Paquirrín como objeto de culto gustan de denominarse así en los programas de prime time de los fines de semana de nuestra querida televisión.

Lo peor es que la tele sigue teniendo efecto de imitación en la población. Se creaba escuela en los años 70, cuando la tele era de una calidad aceptable y se crea escuela de esta tele de chismorreo y trepas a toda costa.

Creo que me estoy yendo un poco por las ramas. Desde este humilde blog intentaré hacer apología de los perdedores, y si pueden ser románticos mejor. ¿O acaso no era un perdedor Dustin Hoffman en El Graduado?, ¿Daniel Larusso en Kárate Kid?.

E.T. también era un perdedor, de hecho, siempre estaba deseando irse a su casa y no era nadie sin su teléfono. Acabó siendo un perdedor en la ceremonia de los óscar del año 82( si me falla la memoria corregirme) en favor de Ghandi y el maravilloso Ben Kingsley. Pero ahora es eterno.

Ser un perdedor puede ser para algunos una putada( neoliberales, banqueros de Lehman Brothers, Real Madrid, las chicas que entran al Pachá diciendo: " hoy vamos de sobradas",etc.), en cambio para otros es una razón de ser, tranquilos que no estaba pensando en el glorioso aleti.

Intentaré demostrar en este blog pequeños pensamientos, sentimientos, experiencias y vivencias que confirman que la vida, a pesar de las corrientes ortodoxas predominantes en la psicología y en la visión anglosajona de la vida, no se debate entre ganar o perder. Dejemos esta refriega para los deportes qué es más divertido. Eso si, siempre que se gana que sea con estilo, por que ganar por ganar...

Nada mejor para ilustrarnos que la figura de mi querido Nota, el maravilloso personaje interpretado de forma magnífica por Jeff Bridges en la película de los hermanos Cohen: El Gran Lebowski.

Al Nota, antiguo universitario fugaz, no se le conoce oficio ni beneficio. Su vida transcurre de manera idílica entre partidas de bolos en algún lugar del estado de California. Su fijación nihilista le hace rechazar cualquier premisa o mensaje grandilocuente cuyo objetivo sea el cumplimiento de una expectativa dirigida desde el exterior.

Jeffrey permanece inalterado frente a todo lo que le rodea. Entregado al deleite de los placeres físico-psiquicos como los baños de incienso y velas, el consumo de marihuana, los White Russian y el cuidado de su ya famosa alfombra, ultrajada en el film. Una especie de metáfora de su espacio vital: " no era la alfombra Walter, era el ambiente que le daba al salón tío".

La película finaliza con una moraleja: El Nota decide que se lo va a "tomar con calma".

He aquí un perdedor, por cierto, idolatrado y objeto de culto por muchos aficionados al cine de verdad.

¡Hasta pronto perdedores!


















2 comentarios:

  1. Para algunos, eres un principito... El que más vale de entre los buenos.

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  2. Me gusta mucho todo lo dicho, y haciendo un símil con un bodeguero, eres alguién que destila de la experiencia todos los sabores y aromas, porque lo dulce y suave, a veces se contrapone con algo que no parece tan apetitoso pero que para algunos si lo es, lo agrio y fuerte, que no tiene que ser demoledor, sólo hay que saber degustar cada sabor en cada momento.
    Piensa por ti y que no lo hagan por ti

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