miércoles, 30 de noviembre de 2011

"NOSOTROS A LO NUESTRO"










Hoy en día, sumergidos en la crisis económica y social de la que parece no encontramos el final del tunel, quiero rescatar una frase sintomática para describir el por qué no solamente se trata de una crisis financiera que ha acabado afectando a la economía real, sino una crisis de valores.

"Nosotros a lo nuestro", es una frase que he escuchado muchas veces en el ámbito empresarial, la última vez a un gran profesional de la banca con más de 35 años de experiencia en el sector financiero. Puede que el contexto en el que la pronunció tenga sentido y veracidad, puesto que cualquier organización empresarial debería tener claros una serie de principios y objetivos verosímiles a la vez que competitivos y por lo tanto realizables en el día a día y, lo que es más importante, en el largo plazo.

El problema es cuando estas sentencias se convierten en recetas mágicas de caracter absolutista y se empiezan a aplicar sin matices ni medidas, sólo como medios poco ortodoxos de justificar fines excesivos o desproporcionados que traen consigo grandes desequilibrios que no redundan ni en el bienestar individual de la propia organización, ni en el bienestar colectivo en el que influyen en la medida de que son importantes agentes sociales para el empleo, el consumo, la inversión y otras variables tan importantes en la economía actual.

"Nosotros a lo nuestro" podría ser una frase perfectamente pronunciada en el consejo de administración de algunos de los bancos más importantes, las empresas más influyentes del sector de la construcción, el textil, el turismo...en definitiva los sectores más influyentes y representativos de la producción nacional.

"Nosotros a lo nuestro" ha influido notoriamente en los planes quinquenales de los principales bancos de este pais. Ha traido consigo expectativas de beneficios insostenibles y enormemente ambiciosas, justificado el ascenso a las más altas esferas de las direcciones comerciales de tipos sin escrúpulos, moral ni ética y con la única misión de engordar la producción lo máximo posible sin tener en cuenta la viabilidad, solvencia y las garantías minimamente necesarias para el mantenimiento de las operaciones de préstamo sin tener que provisionar con cargo a gastos-pérdidas del ejercicio en que se computan- y por lo tanto dar la verdadera dimensión de los beneficios generados en años anteriores.
Dichos beneficios son los que justifican los laureles, los salarios y las primas de estos "meritorios" directivos. Gente que, gracias al "nosotros a lo nuestro", se ha podido ir a los x años con altas indemnizaciones sin tener que empezar a levantar las trincheras del tsunami que generaron debajo de todas las operaciones precipitadas y sin consistencia que instigaron a firmar a sus subordinados del área comercial de muchas entidades financieras.

En este "nosotros a lo nuestro" también entrarían algunos afamados empresarios de este país durante los últimos veinte años. Hoy en día caídos en desgracia por la justicia de la cruda realidad o, lo que es indignante, revalorizados en su prestigio por una especie de pertinaz ceguera. La clase de ceguera que nos indica que uno es un gran empresario hasta que no se demuestre lo contrario.
Gente como Amancio Ortega, símbolo de la exigua clase empresarial española, sigue copando las más altas cotas de admiración de la prensa especializada, la clase política siempre interesada y la gente desinformada y/o desinteresada.
Amancio pasó de regentar una humilde tienda de textil y ropa en A coruña allá por el año 1975, a ser en la actualidad la 8ª economía más grande del mundo. Indiscutiblemente Amancio Ortega y Zara han hecho muchas cosas bien, pero no es todo oro lo que reluce. El "nosotros a lo nuestro" de Amancio consistió en aplicar la formula a finales de los 80 que tanto éxito le había dado a Nike, Levis y otras grandes multinacionales del sector en la década de los 70. A ello añadió una apuesta por la innovación creativa, la busqueda constante de las tendencias en auge y un concepto globalizador y arriesgado del diseño.

Para lo que no fue tan creativo es a la hora de deslocalizar sus plantas productivas en la búsqueda de la minimización de los costes, incurriendo en lo que se denomina "dumping social". una suerte de competencia desleal basada en la creación de economías de escala productivas en aquellos países donde no se garantizan por ley los derechos de los trabajadores tan básicos como la jornada laboral, el salario justo, la seguridad social o la existencia de vacaciones.

Hoy en día, Zara es un gran generador de empleos, de lo que no estoy tan seguro es sobre la calidad de los mismos, la igualdad de oportunidades basada en la excelencia en el trabajo, un salario que maximice la contraprestación y unas condiciones que fomenten la dignidad de las personas.

El debate sobre el empleo en España debería ser el centro de cualquier reflexión política y social. Actualmente se discute una menor intervención del sector público en el empleo: conceptos como la protección contra el despido, las altos costes en impuestos y seguros sociales para los empresarios y el tipo de contratos están de nuevo en boga. Siempre se discute sobre que hay que apoyar a los empresarios en la generación de empleo, cuestión completamente cierta y necesaria para luchar contra el alto paro existente en España, pero nunca se habla de la corresponsabilidad que debería aportar la clase empresarial en España para que el sector público dejase de cumplir su función de guardián del estado del bienestar.

Es verdad que hoy en día los empresarios están costeando más del doble de lo que un trabajador percibe de manera neta por su desempeño profesional, pero no es menos cierto que cuesta encontrar empresarios cuya ética, capacidad de generar riqueza de manera individual y colectiva y visión global de su aportación a la economía nacional y por lo tanto al mantenimiento sostenido del ciclo virtuoso sobre el que se sostiene cualquier economía nacional, puedan hacer confiar el peso de la actuación laboral en la iniciativa puramente privada.

Por lo tanto, el "nosotros a lo nuestro" sigue siendo una sentencia explicativa y real de una manera de pensar bastante instaurada en la sociedad y que explica de forma concluyente y contudente el por qué hace más o menos tres siglos, a principios del siglo XVIII, Inglaterra decidió crear un sistema llamado " The Welfare State" que tratara de velar por aquellas personas que pagaban las consecuencias de un incipiente sistema capitalista, que no terminaba de hacer valer la famosa doctrina de Adam Smith de que: " El egoismo individual fomenta como una mano invisible el bienestar común".
Aún siendo conscientes de que la acción del estado del bienestar puede fomentar determinados comportamientos abusivos y complacientes de algunos individuos que pueden desembocar en algunos casos en el absentismo voluntario, no es menos cierto, en estos tiempos más si cabe, que ayuda a equiparar la igualdad de oportunidades, perseguir determinados abusos de poder de la clase empresarial y dictar las reglas del juego de un sistema capitalista que ha demostrado, ahora más que nunca , de que con la famosa sentencia de " nosotros a lo nuestro", no solo no salen mejor parados el resto de agentes de un sistema en el que todos somos necesarios y debemos de participar en pos de la riqueza común, sino que a medio y largo plazo a resultado dañino hasta para los propios sujetos activos de la sentencia.











martes, 1 de noviembre de 2011

¿Y si fuésemos nosotros?




En pleno epicentro de una crisis que se inició allá por la primavera del 2008, cuya causa central es el fracaso de las teorías neoliberales que suponen un acción eficiente, correcta, optimamente redistributiva y capaz de alcanzar un equilibrio en el largo plazo sin ningún tipo de acción de política económica de los gobiernos por parte de los mercados, no parece que se atisbe nigún rayo de luz en la oscuridad económica más absoluta.

Hoy en día, afirmar que el mercado sin control ni intervención, sin estímulos a su acción y sin políticas que le ayuden a canalizar el valor añadido del trabajo, del capital y del conocimiento- lo que se conoce como Know-how, capital humano que se introduce de manera endógena en la tecnología- ha sido una osadía cuyos efectos se están empezando a descubrir casi 30 años después de que Milton Friedmann y la escuela de Chicago declarasen el ocaso de las teoria Keynesianas, o lo que es lo mismo, la ineficiencia del sector público y su herramienta principal, la política económica- fiscal y monetaria- a la hora de alcanzar una senda de crecimiento continuo y equilibrado que mitigase la acción de los ciclos económicos y sus etapas de ajuste recesivo por saturación de la oferta y la demanda de los distinos sectores que componen la economía de los paises.

A partir de la crisis del petróleo se instauró de manera exclusiva la política monetaria y sus incrementos de la oferta y estimulos de la demanda monetaria con el objetivo de alcanzar los tipos de interés más adecuados a la hora de fomentar la inversión y el consumo y contener la inflación, la auténtica lacra de las economías a la hora de crear empleo, financiar la deuda de los paises y poder explotar la balanza comercial a través de la exportación de sus productos más competitivos sin que se resienta el tipo de cambio de sus monedas.

Toda esta brillante abstracción pertenece más a las aulas y a los gabinetes económicos de los distintos países que a los ciudadanos de a pie, donde reside la raiz de la economía de todos, pero sin duda ha afectado y afecta hoy más que nunca nuestras decisiones de consumo, inversión y ahorro y por ende la estabilidad y sostenibilidad de nuestra vida en el corto, medio y largo plazo. No cabe duda.

La teoría Neoliberal otorga al mercado el poder supremo de corregir todas las desigualdades que se producen en nuestros intercambios y decisiones diarias. Desde las que se producen en las más altas esferas entre las naciones más poderosas, hasta las que podemos realizar con un simple click del ratón, mucha avaricia y temeridad comprando acciones de compañías desconocidas que operan a miles de kilometros de distancia, pero que alguien al otro lado del telefono que se hace llamar nuestro asesor nos dice que es lo mejor para nuestros ahorros. Y...¿Cómo sabemos que es lo mejor?, pues porque lo dice nuestro asesor...pero en cualquier caso la decisión la tomamos nosotros.

Lo que los liberales más divulgadores no nos han comentado es que la economía está muy asociada a la Psicología y que una parte importante de la doctrina Neoliberal nos dice que los sujetos, el ser humano vaya, somos racionales por naturaleza, que no quiere decir otra cosa que siempre que tengamos la información completa sobre una decisión en matería económica haremos lo más conveniente y beneficioso para nosotros mismos...¿Pero qué es lo más conveniente?

Una de las evidencias más importantes que han surgido en el contexto actual  a raiz de la crisis es la fuerte influencia de la Psicología, es decir, de nuestros valores, lo que pensamos y sentimos a la hora de tomar decisiones económicas. Las investigaciones más importantes de los últimos años están encaminadas a intentar demostrar el carácter decisivo de las expectativas, los sentimientos y pensamientos en las decisiones de los agentes económicos, porque al fin y al cabo los gobiernos, los organismos, los bancos y las empresas están regidas por seres humanos.

El concepto más importante de la historia del pensamiento económico es La Teoría del Valor. Desde Adam Smith, considerado el primer economista de la historia moderna, hasta los más importantes economistas de la actualidad como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, el Valor ha sido un precepto determinante en sus investigaciones y el desarrollo de sus teorias.

El valor es un concepto intangible que ha sido objeto de estudio y modelización con diversas teorias a nivel individual como las teorías desde el lado de la oferta- el valor añadido que se incorpora a los productos en su proceso de producción a través del trabajo- que genera una plusvalia de la cual no obtiene una remuneración legítima como decía Karl Marx, el capital- auténtico motor de la revolución industrial a través de los beneficios- y la tecnología- impulso constante del valor de los productos a través de la mejora en la eficiencia de los otros dos factores-.

También cobraron mucha importancia las teorias de la demanda que indicaban el valor de las cosas a través del grado de satisfación que obtienen los agentes a la hora de consumir o disfrutar de ellas. Es lo que se denomina teoría de la Utilidad, cuyo primer exponente fue el brillante y excéntrico Jeremy Bentham, cuyo cadaver, por expreso deseo suyo, todavía  preside las reuniones del claustro de profesores de la London Economic School.

Con la fusión de ambas teorías y gracias a la aportación de Alfred Marshall en el siglo XIX nace la teoría del equilibrio del mercado a través de la fusión de las leyes de la oferta y la demanda.

Esta teoría, que fue la más importante durante doscientos años de estudio económico, se sustentaba bajo la premisa de La Doctrina de la Mano Invisible de Adam Smith: " El individuo en la busqueda de su interés personal y movido por un egoismo individual fomenta el bienestar común". Siempre que tuviésemos la información completa sobre un hecho económico, nuestra decisión sería la más optima para nosotros mismos y para el conjunto de agentes que se vieran afectados en ese proceso.

Esta conclusión extrapolada a niveles genéricos nos da un mercado que puede desequilibrarse en el corto plazo, pero que acaba alcanzado un equilibrio óptimo-el mayor beneficio, menor coste posible- en el largo plazo para todos los agentes participantes en él.

Pues bien, como decía el genial John Nash en la película " Una Mente Marvillosa", " Adam Smith estaba equivocado", de esta manera refutaba dos siglos de teoría económica. En la utópica competencia perfecta, donde existen productores muy similares de un mismo bien, con niveles de trabajo, capital y tecnología parecidos, con información perfecta del desarrollo del mercado donde operan, o lo que es lo mismo con una suerte de altruismo perfecto en donde se coopera y comparte todo en pos del máximo beneficio individual y por lo tanto global y se permite el libre acceso de compradores y vendedores, esto de la mano invisible que empuja a todos a través de la avaricia y el egoismo a alcanzar los mejores resultados posibles, podía ser factible, pero en el mundo real las cosas no funcionan así.

Replicando al gran matematico norteamericano, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusets, cuna de los mejores talentos en economía y ciencias exactas del mundo, a pesar de ser afectado por la esquizofrenia paranoide desde muy temprana edad, : " En competencia imperfecta, solo alcanzaremos los mejores resultados individuales si cada uno de nosotros hace lo mejor para si mismo y para el grupo en el que convive o interactua"

Las teorías de juegos, eclosión de las teoría de decisiones embrionarias de Nash, nos pueden explicar mediante el cálculo diferencial y los arboles de decisión del campo de las probabilidades como empresas que actuan en un mismo mercado y que inicialmente son competidoras, pueden alcanzar resultados más optimos en la medida que comparten la información  y acuerdan fijar las combinaciones de precios y cantidades producidas que conducen a un ajuste de la demanda que maximiza los beneficios de ambas empresas y por lo tanto se produce el reparto del mercado más beneficioso para los productores y el menos perjudicial para los compradores que maximizan su utilidad en razón a una cantidad determinada comprada a un precio determinado.

Es lo que se conoce como la fascinante teoría del  "Dilema del Prisionero", que os contaré en otra ocasión ya que requiere bastante paciencia, concentración y atención.

Con todo este aparato teórico quería hacer una introducción para decir que los políticos, los banqueros, los empresarios, los diplomáticos y otros agentes preponderantes en la sociedad están tomando todos los días decisiones que no son las más correctas para el conjunto de la sociedad. A veces es producto del desconocimiento o la incapacidad. En otras ocasiones se trata de decisiones negligentes, dolosas o malintencionadas que sin duda son el embrión de la crisis económica actual, que no solo es una crisis económica o financiera, es una crisis de valores también.

Por lo tanto son legítimas y esperadas todas las decisiones colectivas de toma de conciencia sobre la acción de todos estos agentes que condicionan dia a día nuestras vidas. El manifiesto "Indignaos" de Stephane Hessel, precursor de los movimientos Democracia Real Ya y 15 de Mayo, habla sobre esta toma de conciencia, pero no la reduce a una mera cuestión de actitud o protesta. Hessel incita a la población a un despertar de la conciencia desde la acción, haciendo un homenaje a mi querido Nash y a la preciosa película que recrea su vida.

Cada uno de nosotros deberíamos reflexionar sobre aquellas cosas que podríamos hacer para nosotros mismos y para los demás para alcanzar un mayor bienestar individual y colectivo. Por ejemplo, si yo soy profesor de música podría asesorar con mis conocimientos a iniciativas artísticas que surgieran para crear un mayor valor añadido a la sociedad a través de la creatividad. Este gesto seguro que no caería en saco roto y acabaría abriendo otros caminos en los que podría salir beneficiado no solo pecuniariamente, sino como ser humano. En definitiva crearía riqueza, algo a veces tan intangible como valioso.

Como no se crea riqueza es comprando diez pisos en el centro de Madrid y manteniéndolos cerrados a cal y canto en vez de incrementar la oferta de alquiler, con el único interés de especular con su precio y alcanzar la mayor ganancia posible, un precio que en absoluto se corresponde con el justiprecio de esas viviendas.

Tampoco es muy útil para uno mismo y para la sociedad tener enpantanado un local comercial, porque ya no se perciben los alquileres de antaño en un mercado especulativo y no dar la oportunidad para que algún joven e innovador empresario pueda montar un negocio que a lo mejor no genera tantos beneficios, pero permite crear empleo y generar valor añadido a medio y largo plazo. Esto podría redundar en gente que consume más, de manera racional, que ahorra y que por lo tanto es susceptible de comprar una vivienda con financiación de un banco a un precio racional y eficiente para ambas partes. A lo mejor acaban hasta comprándole el local si todo va bien. El otro negocio, puede comprarle el local, pero no pondría la mano en el fuego sobre el número de empleos que crean y la calidad de lo mismos.

Y con el tiempo no han resultado nada beneficiosos para este pais, los valores instaurados de que lo único importante para ser alguien es ganar mucho dinero y que lo más fácil y más rapido era hacerse constructor, con la connivencia y la financiación de los bancos y el respaldo de los políticos en lo que hasta hace pocos años se creía que era la gallina de los huevos de oro, un modelo agotado y caduco en la actualidad.

Tampoco ha tenido mucho sentido la cultura instaurada del endeudamiento en la sociedad actual con el objetivo de cumplir los presupuestos de los directores comerciales de la entidades financieras y prolongar de manera artificial un modelo de crecimiento basado exclusivamente en el consumo y carente de inversión, tecnología y nuevos sectores productivos generadores de valor añadido y empleo de calidad.
Así hemos asistido a jóvenes y no tan jóvenes con tarjetas de crédito infladas, con préstamos para coches que no les corresponden y con necesidades creadas de manera artificial a cualquier precio como tener un chalet, aunque sea a 60 kilómetros de tu familia o tu centro de trabajo.

El sistema nos ha pervertido, pero nosotros hemos estado ausentes y desconectados. Somos responsables de cada una de las decisiones que tomamos en nuestras vidas, aunque seamos manipulados, dirigidos y presionados por una sociedad cada vez más competitiva, comparativa y en la que el peso de la imagen es cada vez más asfixiante.


En un contexto el actual donde las nuevas tecnologías, la apertura de los mercados, la informatización de las transaciones y los laxos regímenes jurídicos actuales han favorecido la implantación de un mundo plenamente globalizado economica y financieramente hablando, nos encontramos con que un sistema internacional proclive a intercambios comerciales más justos y respetuosos con las ventajas comparativas y productivas de los paises, acelerador de la difusion del conocimiento y una asignación productiva  más eficiente de los factores productivos y la tecnología, una movilidad de los capitales a escala internacional que propiciase una capitalización racional y equitativa en base a las necesidades de ahorradores y prestatarios, ha degenerado en un sistema egoista y perverso, donde la información es privilegiada y sesgada, las barreras de acceso a la competencia y a los mercados están cerradas por las empresas y grupos de poder dominante y los mercados de capitales unicamente buscan la especulación y ganancia en el corto plazo sin ningún tipo de salvaguardia para un horizonte de inversión más equilibrado y sostenible en el tiempo.

Las consecuencias de todo esto son unas mayores desigualdades comerciales entre los paises poderosos y los subdesarrollados, una atracción de los capitales de inversión hacia aquellos paises o empresas capaces de otorgar una alta rentabilidad, pero sin viabilidad a medio plazo o directamente con prácticas fraudulentas o inexistentes y una mayor diferencia entre las rentas altas y las rentas bajas como consecuencia de la existencia de barreras de entrada, una información imperfecta y privilegiada y el egoismo y la avaricia como único motor para alcanzar el máximo beneficio individual en mercados dominados por la ausencia de competencia.

En consecuencia, bajo el prisma de la globalización económica plena actual, cada vez cobra más importancia las decisiones económicas, laborales y financieras que tomamos todos los días, por muy triviales que parezcan. No nos olvidemos de nuestra responsabilidad en la crisis actual e intentemos pensar como podemos hacer para lograr lo mejor para nosotros mismos y para nuestro grupo, que cuanto mayor alcance tengan nuestras acciones, mayor será el beneficio individual y global.

Lamentablemente, el ser humano es egoista por naturaleza y parece utópico lograr este cambio en nuestra manera de comportarnos. Por lo que podemos encontrarnos que la misma rueda que utilizamos para escapar puede acabar aplastándonos. La unica manera de obrar algún tipo de cambio es no despreciar los pequeños gestos que hacemos en el día a día.

Economia-Def- " Ciencia que estudia la asignación eficiente de recursos escasos que poseen usos alternativos"

Os dejo con la maravillosa escena de " Una Mente Maravillosa" , donde se expresa la idea de John Nash.

Un saludo Losers.